Este lunes empezó, en París, el juicio contra Teodoro Nguema Obiang Mangue, Teodorín, el hijo del dictador de Guinea Ecuatorial, por el llamado "caso de los bienes mal adquiridos" (la inversión en Francia de 200 millones de euros procedentes de la corrupción). Teodorín podría ser condenado hasta a 10 años de prisión y 50 millones de euros de multa (además de perder los millones ya embargados). A pesar de todo, sigue contando con la confianza de su padre, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, quien ha puesto los recursos del Estado a disposición de su hijo (incluso intentando argumentar que las propiedades de Teodorín pertanecían realmente al Estado guineano).
La acusación
A Teodorín se le acusa de malversación de caudales públicos, corrupción, blanqueo de dinero y abuso de bienes sociales y de confianza. Teodorín, que es vicepresidente segundo de su país, no ha comparecido al juicio, y sus abogados han defendido que no hay lugar para el proceso, porque Francia no tiene potestad para juzgar a un cargo político guineano y consideran que este juicio es una forma de inmiscuirse en los asuntos internos de Guinea y una violación del derecho internacional. Los abogados de Teodorín, con el apoyo del gobierno de Guinea Ecuatorial, pidieron al Tribunal de La Haya que bloqueara este proceso, pero los jueces franceses han decidido continuar con el procedimiento sin esperar la decisión del tribunal internacional. La reacción de los abogados de Teodorín ha sido acusar al tribunal de racismo por atacar a un hombre negro procedente de un pequeño país.
Historia inacabable
Los primeros pasos hacia el juicio se dieron en 2008, cuando, tras algunas revelaciones del Senado norteamericano, Transparency International y Sherpa empezaron el proceso en contra del hijo del dictador (últimamente el grupo opositor guineano CORED también se ha sumado al caso como parte civil). En 2012, en el marco de este proceso, la justicia francesa embargó a Teodorín un espectacular edificio de 5.000 metros cuadrados en la parisina Avenue Folch. También le requisaron mobiliario de lujo y una colección de coches exclusivos de alto valor. Pero el caso quedó bloqueado mucho tiempo por las maniobras dilatorias del político guineano, que se negó a comparecer al juicio. Ahora, que se ha vuelto a poner en marcha el juicio, desde Transparency Internacional consideran que una condena en Teodorín supondría un avance, a nivel mundial, en la lucha contra la corrupción. En realidad, el proceso parisino sólo es uno de los casos que tiene que enfrentar Teodorín. Tuvo un famoso juicio en los Estados Unidos que acabó con un acuerdo judicial: el político guineano cedió todos sus bienes situados en Norte-América, entre los cuales su casa de Malibú, para realizar obras humanitarias en Guinea Ecuatorial a cambio de no ser procesado. También tiene un proceso pendiente en Holanda, y a causa de eso su espectacular yate ha sido inmovilizado.
Manifestación obligatoria
Todos los funcionarios guineanos que trabajan en Malabo fueron convocados, el lunes a primera hora de la mañana, a una manifestación convocada por el gubernamental Partido Democrático de Guinea Ecuatorial. A la convocatoria se especificaba que la asistencia era obligatoria. También se presionó en las empresas privadas para que condujeran a sus trabajadores al lugar de la manifestación y no los sancionaran por no asistir a sus trabajos. A pesar de la fuerte lluvia, mucha gente fue movilizada en la manifestación oficialista. El comunicado leído en este acto calificaba el juicio "de atentado y amenaza directos y frontales contra la legalidad internacional, la soberanía de las Instituciones del Estado de la República de Guinea Ecuatorial, la libertad y la dignidad del pueblo ecuatoguineano" y acababa afirmando que el juicio era una "mascarada". El embajador guineano en París, Miguel Oyono, ha declarado que el juicio es "una operación rastrera de denomización de los dirigentes de Guinea Ecuatorial".
Sicarios contra el testigo
Uno de los hombres que testificará en el juicio es el empresario Germán Pedro Tomo, que había trabajado en Guinea en el sector forestal y que ha confesado haber pagado comisiones a Teodorín. En 2005 dos sicarios lo esperaron en la puerta de su domicilio, en Alcorcón, pero se equivocaron y apuñalaron a su hermano Manuel. Cuando fueron detenidos, confesaron haber sido contratados por diversos empresarios con intereses en Guinea Ecuatorial, entre ellos Óscar Pérez Bidegain. Pérez y diversos cómplices fueron condenados por el intento de asesinato pero a Pérez el gobierno español lo indultó en 2010.
La rapacidad personificada
Teodorín (nacido en 1968) empezó su carrera a principios de los años 1990 como ministro de Agricultura y Forestal. Enseguida se hizo famoso por sus extorsiones a los empresarios madereros. Muy pronto se asoció con empresas del sector forestal, que obviamente fueron favorecidas con contratos oficiales. A partir del momento en que Guinea Ecuatorial empezó a explotar el petróleo de sus aguas territoriales, su riqueza creció exponencialmente, aunque su salario se mantuvo modesto. A su padre lo favoreció continuamente, porque es el primer hijo de su primera mujer (tiene tres): su influencia política creció tanto como la riqueza, ya que fue nombrado "Hermano Mayor" de la influyente Asociación de Hijos de Obiang. Teodorín se hizo famoso por su afición a comprar Rolex, objetos de Michael Jackson, coches de lujo, joyas, aviones, yates e incluso un submarino portátil... También se sabe que a menudo va con modelos, acude a fiestas de la jet set, viaja de forma constante... A pesar de que es juzgado en París, ha preparado una gran fiesta pra el día 25 de junio, que celebra 48 años. Ruega a sus invitados que vayan "con sus mejores trajes de época de los años 20".
La cara más desagradable
Pero Teodorín es mucho más que un bon vivant. Lo saben algunos de los que han hecho negocios con él y han tenido desacuerdos. El empresario italiano Roberto Berardi pasó dos años y medio en las infectas prisiones guineanas, y sólo fue liberado por las presiones diplomáticas de su país y de la UE. Pero muchos otros socios suyos han tenido peor suerte. Todo el mundo sabe que Teodorín puede encerrar, en Guinea, a cualquiera sin procedimiento judicial y algunos de sus colaboradores caídos en desgracia han sufrido largas penas de prisión, como Florentino Manguirre Eneme.
Reforzamiento de la oposición
La oposición al régimen tuvo su momento más álgido hacia 1994, cuando las diversas fuerzas se unieron en la Plataforma de la Oposición Conjunta (POC) y consiguieron, en las elecciones municipales de 1995, la alcaldía de muchos municipios. Obiang les robó la victoria, en algunas alcaldías mediante el fraude en el escrutinio, y en otras comprando los cargos electos para que se pasaran al PDGE. Pero ahora se acaba de anunciar la unión en una coalición de algunas de las principales formas de oposición: Convergència para la Democracia Social (CPDS), la Unión de Centro Derecha (UCD), la Fuerza Demócrata Republicana (FDR), el Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko (MAIB) y otros grupos menores (no está incluida la influyente coalición Ciudadanos por la Innovación, CI, dirigida por el ex nguemista Gabriel Nse Obiang). La oposición perdió influencia en 1996, cuando Guinea empezó a explotar el petróleo. Ahora que los réditos del petróleo se están reduciendo a todo ritmo, la fuerza de la oposición parece crecer y las protestas contra el régimen empiezan a tomar forma. Hace un mes resultaba exitosa la primera huelga en la Guinea nguemista; los taxistas dejaron de circular y el gobierno hubo de recurrir a la violencia policial para reprimirlos. Y este lunes el entierro de José Vidal Ngong, una víctima de la brutalidad policial, se convirtió en una manifestación contra el gobierno. Eso supone una novedad: hasta ahora la gente estaba tan atemorizada que no osaba salir a la calle. Parece ser que alguna cosa se mueve en Guinea.
¿Sentencia sin cumplimiento?
La sentencia contra Teodorín puede tener un valor, sobre todo, simbólico, especialmente si tenemos en cuenta que Teodorín se perfila como el heredero de su padre (varios dictadores africanos han cedido el poder a su hijo: Bongo en Gabón, Eyadema en Togo, Kabila en Congo Kinshasa...). Es probable que algunos de los bienes de Nguema Obiang en París le sean confiscados definitivamente. Pero es prácticamente imposible que cumpla ninguna pena de prisión en Francia. Cuando el juicio estaba en proceso de instrucción, Teodorín se negó a comparecer ante el juez, y Francia dictó una orden de búsqueda y captura a la Interpol. Durante algunos años Teodorín se limitó a no salir de Guinea, o a viajar a países amigos, que ignoraban la orden de detención (incluso viajó al Brasil, pero tuvo que salir a toda prisa cuando le filtraron que Francia acababa de solicitar su extradición). Es probable que Teodorín, si es condenado, evite salir del país, a pesar de su amor por los viajes. En realidad, se espera que dentro de algún tiempo acceda a la presidencia de la República, porque su padre ya tiene 75 años (aunque por ahora no da muestras de querer dejar el cargo). Según algunos juristas, en caso de acceder a la Presidencia gozaría inmediatamente de la inmunidad que le otorga la Convención de Viena. Pero también podría tenerla, por ejemplo, si asumiera el cargo de ministro de Asuntos Exteriores, un nombramiento nada difícil si tenemos en cuenta la protección que le ofrece el dictador. Por lo tanto, el juicio de París puede tener un valor moral para la sucesión a la presidencia guineana, pero difícilmente será un obstáculo práctico a la carrera de Teodorín.