El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha quedado en libertad después de 14 años de saga judicial y después de formalizar en las Islas Marianas del Norte, un territorio norteamericano, un acuerdo por el cual se declaró culpable de espionaje a cambio de poder volver a su Australia natal. Después de quedar oficialmente en libertad, Assange se detuvo brevemente ante las decenas de cámaras de televisión que lo esperaban fuera del tribunal federal de Saipán, capital de las islas Marianas del Norte. Saludó brevemente con la mano a los periodistas antes de subir a un vehículo, sin hacer declaraciones.

Dentro de la corte, Assange se declaró culpable de un único cargo penal por conspiración para obtener y divulgar documentos clasificados de los Estados Unidos y, a cambio, la jueza Ramona Villagomez Manglona dictó una sentencia que le permite volver a Australia "como un hombre libre".

"Con esta decisión, parece que podrá salir de esta sala en libertad. Espero que eso contribuya a restaurar un poco de paz", comentaba la magistrada al pronunciar la sentencia, mostrando gestos de cortesía hacia Assange, incluso deseándole un 'feliz cumpleaños por adelantado' por el hecho de que cumplirá 53 años el próximo 3 de julio.

El papel de la jueza de Saipán

La jueza aceptó los términos pactados entre el Departamento de Justicia y la defensa de Assange, condenándolo a 62 meses de prisión, pero otorgándole crédito por el tiempo ya cumplido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh (Reino Unido), un hecho que, por fin, ha acabado con su libertad, de manera oficial.

Al dictar la sentencia, la jueza dijo que había considerado, entre otros factores, el periodo de encarcelamiento de la exsoldado Chelsea Manning, principal fuente de Assange en la filtración de WikiLeaks, que estuvo en la prisión entre el 2010 y el 2017, cuando su condena fue conmutada por el entonces presidente Barack Obama.

El delito del cual se declaró culpable Assange, para conspirar para obtener y divulgar documentos clasificados de los EE. UU., comporta una pena máxima de 10 años de prisión y una multa de hasta 250.000 dólares, pero gracias al acuerdo evitará más tiempo entre rejas.

Durante la audiencia, Assange mantuvo un aspecto serio, aunque pareció emocionarse ligeramente cuando la jueza dijo al dictar sentencia: "Parece que este caso acaba conmigo aquí a Saipán", según recoge el diario británico The Guardian.

Fin de la pesadilla judicial

Este episodio pone fin a una saga de 14 años que empezó en el 2010 con la filtración mayor de documentos clasificados de la historia de los Estados Unidos, cuestionando el papel de Washington al mundo al revelar ataques a civiles al Iraq y en Afganistán, así como el maltrato de presos en Guantánamo, entre otros asuntos.

Después de la filtración, Suecia emitió una orden de arresto por cargos de abuso sexual, que posteriormente fueron retirados. Assange se refugió en 2012 en la embajada de Ecuador en Londres, hasta que en el 2019 fue arrestado por autoridades británicas, pasando los últimos cinco años en una prisión de alta seguridad. Finalmente, el avión de Assange ha puesto rumbo a Australia, donde tiene previsto hacer una rueda de prensa y reunirse con su mujer, Stella, y sus dos hijos. Como curiosidad, la aeronave privada en la que viaja transportó también a Taylor Swift desde Tokio a los Estados Unidos para la Superbowl en febrero.

"Se ha terminado la tortura"

"Se acabó la tortura para Julian Assange, pero no es el acuerdo que habríamos querido", ha destacado Baltasar Garzón, coordinador de la defensa del fundador de Wikileaks, en una entrevista en Catalunya Ràdio.

En la misma entrevista, Garzón también ha aprovechado para comentar que "lo positivo es que no hablaremos más de la caducidad del CGPJ, que era un atentado al Estado de derecho, pero ahora hay que evitar que vuelva a ocurrir".