Este martes arrancó en Baviera el juicio para determinar la responsabilidad del arzobispado de Múnich y Frisinga en un caso de abusos sexuales en la Iglesia católica, en el que finalmente Georg Ratzinger no figura como acusado en el caso. El proceso se basa en una querella de Andreas Perr, de 39 años, que afirma que en la década de 1990 los abusos sufridos supuestamente a manos de un sacerdote reincidente, Peter H., supusieron para él el equivalente de un "asesinato del alma". Sin embargo, la presidenta del tribunal de Traunstein, Elisabeth Nitzinger-Spann, se ha mostrado convencida de que el papa Benedicto XVI fue "cómplice" de estos abusos sexuales durante su etapa como arzobispo de Munich, según destapa este jueves eldiario.es. Para la jueza, Ratzigner tenía "el correspondiente conocimiento de la vida anterior del sacerdote", según indica en un dictamen jurídico preliminar.
Indemnización de 300.000 euros
Andreas Perr considera en el arzobispado de Múnich y por extensión al difunto Ratzinger, que en aquel momento encabezaba la institución, responsables indirectos de su sufrimiento, ya que enviaron a Peter H. a ejercer como sacerdote en varias parroquias aunque ya había sido condenado por abusos a menores en 1986. Perr reclama una disculpa y una indemnización de 300.000 euros del arzobispado y de 50.000 de Ratzinger.
La jueza ha separado las dos demandas de Perr-diocesis y Ratzinger- hasta que se resuelva quien son los herederos del papa emérito, que murió el pasado 31 de diciembre, y si aceptan la herencia. La condena hacia Benedicto XVI se separó del otro, porque una de sus herederas, una prima, se negó a aceptar la herencia y otros cuatro primos no se habían manifestado. El secretario del papa emérito, Georg Gänswein, que abandonó el Vaticano el 1 de julio de 2022 por orden del papa Francisco, y desde el pasado mes de marzo está desterrado en Costa Rica, es el encargado de encontrar al resto de herederos. Desde el punto de vista del derecho penal, el juicio ya no tiene relevancia, ya que los posibles delitos han prescrito.
Abusos sexuales en el arzobispado de Múnich
Peter H. abusó durante décadas de al menos 29 niños y, aunque el Obispado de Essen (oeste) tenía conocimiento de sus tendencias pedófilas, no le suspendió, sino que lo trasladó a la archidiócesis de Munich. El arzobispo Ratzinger participó en la reunión en la cual se decidió el traslado, pero en vida el papa emérito siempre negó haber estado al corriente del historial del sacerdote, a pesar de la existencia de pruebas que indican el contrario.
El abogado de la víctima, Andreas Schulz, se mostró el martes al juicio confiado en el éxito del proceso, a causa de los peritajes que acreditan los daños psíquicos sufridos por Perr, pero también porque los acusados no los han cuestionado de momento. No obstante, la separación de la causa contra Ratzinger abre la posibilidad al hecho de que la presunta responsabilidad del papa emérito nunca llegue a ser aclarada.