Moscú la declaró en busca y captura, pero eso no ha impedido a Kaja Kallas acabar siendo la jefa de la diplomacia de la UE. La primera ministra de Estonia, una de las voces más críticas de la Unión Europea con Rusia, ocupará el cargo más importante de la política exterior de Bruselas, en una decisión que podría enviar una señal clara a Moscú. Los 27 líderes del bloque han sellado finalmente el pacto y el nombre de Kallas es el que ha sonado desde siempre para el cargo diplomático más relevante de la UE, actualmente ocupado por el español Josep Borrell.

Con esta decisión, Kallas se convierte en la primera persona de Europa del Este al ocupar este cargo y la primera estonia a conseguir uno de los sitios más importantes de la UE. Desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en febrero del 2022, Kallas ha impulsado los esfuerzos de la UE por castigar Rusia con sanciones, enviar apoyo militar a Ucrania y reforzar las capacidades de defensa del bloque.

El vigor de su postura antirrusa, anterior a la guerra, había suscitado especulaciones sobre la posibilidad de bloquear su candidatura en la jefatura de la diplomacia por miedo de provocar a Moscú. Precisamente por su implacable respuesta a la agresión rusa, le ha valido el estatus de persona buscada en Rusia. También como respuesta a sus esfuerzos por retirar los monumentos soviéticos de la Segunda Guerra Mundial en su país báltico, que el Kremlin calificó de "acción hostil hacia la memoria" histórica".

Kallas vuelve a Bruselas

Kallas ya había estado previamente en Bruselas y ahora volverá por la puerta grande. Fue eurodiputada entre el 2014 y el 2018 antes de ponerse al frente del Eesti Reformierakond (Reforma), el partido liberal que venció a las elecciones generales del 2019, aunque sin poder formar gobierno hasta que en el 2021 dimitió Jüri Ratas como primer ministro. Bruselas no es ciudad desconocida para ella, no únicamente por su tiempo en la Eurocámara: su padre, Siim, que fundó el partido Reforma en 1994, fue comisario entre el 2004 y el 2014, después de haber sido primer ministro entre el 2002 y en el 2003, tal como recuerda El Confidencial. La política circula por sus venas desde bien pequeña.

Kallas, líder de un país muy pequeño que representa únicamente el 0,30% de la población de la Unión Europea, ha conseguido hacerse un lugar entre los líderes europeos. La líder de Estonia ha hecho declaraciones provocadoras que han hecho que se cuele a los titulares de los medios de comunicación de todo el continente, como cuándo avisó del riesgo de una Tercera Guerra Mundial.

El traslado a Bruselas se produce en un momento en el que Kallas lucha contra la caída de su índice de aprobación en el ámbito nacional, a pesar de mantener un fuerte perfil internacional. Su índice de aprobación se desplomó hasta el 16% en enero, después de meses de caída desde el verano pasado, justo cuando salieron a la luz los primeros informes sobre los vínculos comerciales del marido con Rusia, tal como destaca Euronews.

En agosto del 2023, se supo que el marido de Kallas, Arvo Hallik, tenía una participación en una empresa de logística que había seguido operando en Rusia desde que estalló la guerra en Ucrania más de un año y medio antes. Kallas ha negado desde entonces cualquier conocimiento previo de los vínculos de la empresa con Rusia y ha calificado la reacción interna de caza de brujas política. Pero el escándalo a duras penas suscitó respuestas internacionales, a excepción de una pulla del ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, que acusó a Kallas de "hipocresía" al censurar el apretón de manos de Viktor Orbán con Vladímir Putin durante un encuentro en China. Sea como sea, este hecho no ha impedido a Kallas hacerse con el sitio de alta representante de la política exterior europea.