El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáev, ha hecho declaraciones contradictorias. Las últimas cuando estuvo de visita ahora hace unas semanas en Alemania. Por una parte, se ha mostrado firme a respetar las sanciones impuestas contra Rusia, pero de la otra ha destacado que continuará la cooperación integral con Rusia, exactamente como hasta ahora. Y claro está, es prácticamente imposible respetar las sanciones y cooperar. Hay que recordar que hay una unión aduanera como una libre conversión de moneda entre Kazajistán y Rusia, un hecho que facilita el comercio entre los dos y complica la aplicación de las sanciones. Y es que aunque Tokáev ha destacado que cumple las sanciones, también destaca que sigue siendo una fuente importante de "importaciones paralelas" para Rusia.

Si se observa el volumen de las importaciones en el 2022 y lo comparamos con el nivel medio anual de importaciones de los últimos siete años, destaca la publicación The Diplomat, se puede ver que, por término medio, desde el 2015, las importaciones de Kazajistán han rondado los 34.000 millones de dólares. El fuerte aumento de las importaciones de 40.000 millones de dólares en el 2021 a 50.000 millones de dólares en el 2022 no tiene precedentes a la historia moderna del país y es difícil de explicar en términos de crecimiento del consumo interno.

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Papeleta de las elecciones en Kazajistán en octubre del año pasado / Efe

En este sentido, la publicación destaca que durante el 2022 no hubo cambios significativos en los ingresos de los ciudadanos de Kazajistán. Eso es relevante porque si los ingresos de los hogares hubieran aumentado, el aumento interanual de 10.000 millones de dólares se podría haber explicado por un aumento del consumo, cosa que significa una demanda mayor por parte de las empresas de bienes extranjeros y productos semiacabados. Pero eso, según destaca el artículo, no pasó. ¿Entonces, dónde está la explicación? El más razonable, por lo cual muestran los datos, es un fenómeno llamado "importaciones paralelas". El aumento de 10.000 millones de dólares tanto en las importaciones como en las exportaciones indica que Kazajistán importó bienes y servicios por valor de 10.000 millones de dólares y después rápidamente los exportó a otros lugares. Otros lugares que podrían ser Rusia.

El truco del Kazajistán para continuar con las "importaciones paralelas"

Burlarse las sanciones parece algo difícil, pero tal como detalla The Diplomat, en la práctica, es más fácil de lo que parece. Si la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de los Estados Unidos plantea preguntas, Astaná tiene una excusa fiable. Los bancos de Kazajistán no abren cuentas corresponsales para bancos sancionados, tampoco procesan contratos que involucran bienes y servicios sancionados, y Kazajistán no colabora con empresas sancionadas ni con bancos rusos desconectados de SWIFT. Además, Kazajistán confisca periódicamente pequeñas cantidades de mercancías prohibidas en la frontera con Rusia. Así pues, en este contexto, Kazajistán estaría respetando las sanciones. Ahora bien, las importaciones paralelas operan en una realidad diferente y funcionan dentro de un sistema de coordinación económica diferente. Para que el banco apruebe un contrato, lo más importante es celebrar un acuerdo con una empresa rusa que no esté a la lista de sanciones y especificar al contrato que los bienes en cuestión no están sujetos a sanciones.

Lo que destaca, sin embargo, es que desde el inicio de la invasión a gran escala es cada vez más frecuente que los bienes que realmente se importan a Rusia no coincidan con lo que establece el contrato. Sobre el papel, un camión podría transportar pelucas de mujer o productos enlatados, pero en realidad está cargado de drones o microchips. Una de las razones de eso es la unión aduanera de que son parte tanto Kazajistán como Rusia. Eso hace que se eviten inspecciones más severas.

Y un factor que posibilita esta facilidad es la conversión de monedas. Los rublos se pueden cambiar libremente por dólares (mediante doble conversión ruble-tenge, tenge-dòlar) en cualquier banco o punto de cambio de divisas de Kazajistán. Eso, constata The Diplomat, proporciona en Rusia un acceso casi ilimitado al mercado de divisas de Kazajistán. Mediante la libre conversión del rublo a tenge, Rusia obtiene control indirecto sobre las reservas monetarias soberanas de Kazajistán, que Kazajistán adquiere mediante la exportación de recursos naturales no renovables. Al mismo tiempo, el Banco Central de la Federación Rusa puede imprimir "papel" en rublos no garantizado en cualquier cantidad y "exportarlo al Kazajistán, exportando efectivamente su caos inflacionario.

El Kazajistán, a favor de las sanciones en Rusia

A pesar de este contexto que recoge la publicación, durante su visita a Alemania, Tokáev anunció que se uniría al régimen de sanciones contra Rusia. Al mismo tiempo que aseguraba no tener preocupaciones sobre reclamos territoriales de la Federación Rusa. En este sentido, el presidente destacaba que Kazajistán cumpliría las sanciones. A pesar de estas palabras, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se apresuró a decir también que, la decisión no afectaba en la alianza entre Moscú y Astaná.

Y es que antes de la invasión de Ucrania, Kazajistán y Rusia trabajaban con una fuerte alianza. El Kremlin consideraba el país vecino como un socio relativamente fiable. A veces, sin embargo, se han vivido puntos tensos. El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo en el 2014 que los kazajos nunca habían tenido ningún estado o que el deseo de tener vínculos más estrechos con Rusia era profundo. Lo'entonces presidente,  Nursultan Nazarbayev, amenazó con dejar la Unión Económica a Euroasiática y las cosas se calmaron. Ahora, sin embargo, recuerda la publicación La Tercera, las relaciones parecen más deterioradas a pesar de las exportaciones paralelas. A pesar de todo, habrá que ver cómo avanzan los contactos y las relaciones entre Moscú y Astaná.