Keir Starmer ha prometido el "peso de la ley" contra los ultras violentos del Reino Unido, ante los disturbios de la extrema derecha de este fin de semana. El primer ministro británico ha hecho estas declaraciones después de una reunión del comité de emergencia Cobra, a la que han asistido varios ministros, jefes policiales y los servicios de seguridad, con el fin de analizar los disturbios y tomar medidas si continúan en los próximos días. "No ha sido una protesta, ha sido violencia", ha afirmado el dirigente laborista, que ha añadido que es intolerable que se ataquen mezquitas.

Starmer ha subrayado que habrá bastante espacio en las prisiones para encerrar a los violentos, que han lanzado todo tipo de objetos contra los agentes y que han atacado tanto mezquitas como un hotel que alberga a solicitantes de asilo. "Pero haremos que esto funcione y nos aseguraremos de que tengamos los espacios necesarios para llevar rápidamente a los responsables ante la justicia", ha añadido. De hecho, ha avisado de que el derecho penal se tendrá que aplicar tanto en línea como fuera de ella: es decir, que las personas que cometan delitos en internet serán tratadas de la misma manera que las que los cometan en las calles.

Starmer pide sanciones penales rápidas

Preguntado sobre si convocará el Parlamento (como piden algunos diputados), el primer ministro ha dicho que ahora su prioridad es que las calles del Reino Unido sean seguras para todo el mundo: "Mi objetivo es asegurarme de que ponemos fin a este desorden, que las sanciones penales sean rápidas". Por su parte, una portavoz de la residencia oficial de Downing Street ha indicado que Starmer ha agradecido el trabajo de los policías que han intentado controlar los disturbios —en los cuales ha habido centenares de detenidos—. "La policía sigue desplegando recursos adicionales por todo el país, en lugares estratégicos donde es necesario", ha agregado.

Ante las declaraciones del ejecutivo, organizaciones musulmanas del Reino Unido han agradecido el apoyo del gobierno británico a las mezquitas —que contarán con más protección—. La ONG británica Islamic Relief se ha mostrado esperanzada en las redes sociales de que el anuncio ofrezca "tranquilidad y ayude a retomarlos servicios habituales". "No hay lugar para el racismo, la violencia o la islamofobia en nuestro país. Allí donde el racismo o la islamofobia asomen la cabeza, se tienen que identificar y eliminar", ha añadido.

Por su parte, una asociación que recoge datos de ataques racistas contra la comunidad musulmana, Tell MAMA, ha compartido en Twitter su rechazo a los desórdenes producidos este fin de semana. Unos desórdenes por los cuales el Ministerio del Interior ha anunciado un apoyo adicional a las mezquitas como "respuesta rápida" ante el riesgo de nuevos ataques.

El brote de violencia ultra se ha producido después de que el pasado 29 de julio se produjera un atentado con arma blanca en un centro recreativo de Southport (nordeste de Inglaterra), en el que tres niñas fueron asesinadas y ocho menores y dos adultos resultaron heridos. El autor del ataque fue Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Gales y de padres ruandeses. La violencia de los grupos de ultraderecha creció cuando se divulgó en las redes sociales la mentira de que el agresor era un solicitante de asilo que había cruzado en patera el canal de la Mancha.

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