Mongolia ha vuelto a aparecer en las noticias porque podría ser que fuera el país que detuviera a Vladímir Putin, presidente ruso, el próximo día 3 de septiembre. El mandatario ha comunicado que viajará allí la próxima semana para tener una serie de encuentros bilaterales con el presidente del país. Ahora bien, Mongolia es un país bastante desconocido que hay que explorar poco a poco. Quién lo diría, pues, que en el país asiático se puede encontrar unas aguas cristalinas dignas de playas paradisiacas. Especialmente, todavía es más extraño de creer si vemos que, sobre el mapa, no hay salida al mar. Viajar al lago Khyargas desde la capital Ulan Bator, no es apto para cualquiera. Tal como destaca un artículo de la CNN, el trayecto es de unos 1.800 kilómetros y, por lo tanto, llegar puede costar entre uno y dos días, en función de como uno se sienta en estas carreteras tan complicadas. Además, por otra parte, está el factor del tiempo. No es difícil, pues, experimentar tres estaciones en una sola tarde. Cuando se llega al lago, todavía no se ha acabado el trabajo. Se tiene que conducir por unas carreteras llenas de tierra y barro, con arena profunda, hasta llegar al monumento más famoso, Khetsuu Khad. Hay que mencionar que el lago está a unos 1.023 metros por encima del nivel del mar.

El viaje vale la pena porque, entre otras cosas, no está masificado. Es lo que tiene que esté en un país tan desconocido y que llegar sea tan complicado. Hay muchos acantilados y aguas cristalinas. Y se trata, pues, de un lugar poco visitado. Los visitantes, incluso, pueden sentirse como si estuvieran en una playa del Mediterráneo.

Uno de los lagos mayores de Mongolia

Khyargas, uno de los diversos lagos de agua salada del país, se encuentra en la provincia nordoccidental de Uvs y alimenta la cuenca del río Zavkhan, una zona famosa por el clima semidesértico. (Es más probable ver los famosos camellos del país paseando por las orillas del lago que personas). Con 74 kilómetros de longitud, 31 de anchura y 80 metros de profundidad, es el tercer lago mayor de Mongolia. Khetsuu Khad, la principal atracción del lago. Se trata de una formación rocosa natural que recorre la orilla oriental. Eso sí, se recomienda que si se visita el lago por cuenta propia, se haga con un todoterreno, para esquivar zonas peligrosas.

Según la CNN, también se puede llegar en barco, desde la orilla norte del lago, que es una popular playa y un lugar de acampada. Hay dos lugares para pasar la noche en el lago, los dos a 43 kilómetros de la carretera principal en Khyargas. Eso sí, el trayecto puede durar hasta dos horas, en función de por donde se pase. También hay una zona de acampada libre delante de Khetsuu Khad, muy popular entre los vecinos.

¿Es gratis la entrada en el lago?

La misma cadena norteamericana constata que no hay un lugar oficial para entrar. Pero sí que hay oficiales que van rondando por el lago. En este momento, piden una entrada, que son 9.000 tugrik, menos de 3 euros. Según destaca la CNN, en torno al lago hay zonas de aguas termales, mientras que en el norte, hay fuentes naturales. Si uno no se atreve a ir por su cuenta, hay diferentes empresas que organizan tours en la zona.