El salvadoreño Kilmar Ábrego García, de 29 años, fue expulsado de Estados Unidos el pasado 15 de marzo pese a tener un estatus legal en el país, en medio de la implacable y a veces indiscriminada ofensiva de la administración de Donald Trump contra la inmigración en situación irregular. García, residente en el estado de Maryland durante una década, es uno de los más de 200 migrantes —la mayoría venezolanos— que han sido expulsados de EE.UU. y enviados a la prisión de alta seguridad Cecot de El Salvador, unas deportaciones sumarias sin posibilidad de recurrir sus casos ante la Justicia. Grupos en defensa de los derechos humanos han calificado esta cacería del inmigrante como "desaparición forzada", si bien Trump se sustenta en una ley contra Enemigos Extranjeros de 1798 que solo se había aplicado en tiempos de guerra y cuya aplicación ahora defiende el mandatario ante las bandas que operan en el país.
El senador por Maryland Chris Van Hollen, del Partido Demócrata, ha viajado esta semana a El Salvador para pedir al Gobierno de Nayib Bukele que libere a Kilmar, quien hace nueve días fue enviado a otra cárcel en Santa Anta, al oeste del país, donde sigue incomunicado. El parlamentario estadounidense se ha podido reunir con el detenido este jueves en San Salvador. Tras la reunión, ha acusado al gobierno de Trump de mentir en el caso del salvadoreño y de violar la Constitución. También ha afirmado que García está "traumatizado" tras su experiencia en la megacárcel salvadoreña, joya de la corona de Bukele y notoria por las denuncias de abusos a los derechos humanos. "No ha cometido ningún crimen", ha aseverado Van Hollen.
El vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, con quien Van Hollen también se ha reunido, le ha comunicado al legislador estadounidense que Ábrego estaba encarcelado porque Trump "está pagando" para mantenerlo detenido. Ábrego no ha podido hablar con su esposa o sus hijos, todos ciudadanos estadounidenses, y le ha dicho a Van Hollen que pensar en su familia es lo que le da "fuerza" para seguir "cada día". "Este caso no es solo sobre un hombre (...) sino sobre la protección de las libertades fundamentales y la Constitución", indicó Van Hollen, quien ha acusado a Trump también de ignorar al Tribunal Supremo del país, que en un fallo la semana pasada ordenó que se "facilitara" el retorno de Ábrego.

Ábrego García huyó de El Salvador por las extorsiones y amenazas que él y su familia recibieron por parte de la pandilla Barrio 18, de acuerdo con documentos judiciales presentados por su defensa. A pesar de que no tiene antecedentes penales en Estados Unidos, el Gobierno Trump ha emprendido una campaña mediática para vincularlo con la pandilla MS-13. Este viernes, la Casa Blanca ha publicado una serie de documentos sobre Ábrego, donde se detalla una investigación inconclusa sobre el hombre después de que la policía lo retuviera en una parada de tráfico en 2022 mientras conducía un vehículo donde había otros 8 hombres. Supuestamente, los trasladaba desde Texas sin equipaje para un "trabajo de construcción". No obstante, ese día solo recibió una citación de aviso por tener un permiso de conducir caducado.
Trump insiste: "Extranjero ilegal"
Este viernes, el presidente Donald Trump ha intensificado su ofensiva contra Kilmar. En declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, Trump ha insistido hoy en que el hombre era un "extranjero ilegal" y miembro de la pandilla MS-13, tras lo que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha entregado un folio con su supuesto historial criminal, que el presidente afirmó venía "del Departamento de Estado y fuentes muy legítimas". "Les estoy dando lo que me acaban de añadir. Se supone que esto son cosas certificadas: en 2019 a García le dieron una orden de deportación, y dos jueces afirmaron que era miembro de la MS-13", dijo, si bien su pertenencia a la pandilla no ha sido certificada por ningún tribunal. Trump también ha aludido a la denuncia por violencia de género en 2021 de su esposa, Jennifer Vásquez Sura. Esta ha abogado por su retorno y este pasado miércoles ha dicho que actuó "por cautela" tras una relación anterior violenta y que lo superaron "como familia, incluyendo ir a terapia".