La asamblea general de la ONU ha aprobado una resolución que condena la agresión de Rusia contra Ucrania, pide la retirada de las tropas rusas y poner fin a los combates. 141 de los 193 Estados miembros han votado a favor, mientras que se han registrado 32 abstenciones y únicamente 7 votos en contra: Rusia, Bielorrusia, Siria, Nicaragua, Eritrea, Mali y Corea del Norte. Los abstencionistas han sido liderados por China, y se han añadido a esta posición India, Sudáfrica, Irán, Cuba y una parte de los países africanos.
En la resolución, los países firmantes piden una "paz integral, justa y duradera en Ucrania". La resolución no es vinculante, pero en medios diplomáticos se considera que envía un mensaje fuerte. Los debates sobre la resolución que se ha aprobado en la llamada reunión especial de emergencia sobre Ucrania empezaron el miércoles. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha denunciado las acciones de Moscú como un "ataque a nuestra conciencia colectiva". Guterres también ha advertido de una nueva escalada del conflicto.
La resolución ha estado finalmente copatrocinada por 75 países, entre ellos todos los de la Unión Europea, los Estados Unidos y varios estados latinoamericanos (Chile, Ecuador, República Dominicana y Uruguay).
En el corazón de la votación: Brasil
Era dudoso cuántos de los 193 estados miembros de la ONU estarían de acuerdo con la resolución y quien votaría en contra o se abstendría. Especialmente ha sido decisivo el posicionamiento del Brasil de Lula da Silva, que ha sido a favor del sí. Un grupo significativo de estados de África, América Latina y Asia se basan en el país sudamericano y su presidente para su política internacional. En círculos diplomáticos se consideraba que si en total se conseguían 120 países a favor de la resolución ya era un éxito, que finalmente se ha superado claramente. Uno de los que ha votado a favor ha sido Andorra, que está presente en la ONU.
Los europeos, que promovieron la resolución juntamente a Ucrania desde el principio, habían advertido que la abstención no serviría porque sería inmediatamente anotada por Rusia como una postura a su favor, según ha indicado el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares.
El recurso a la asamblea general -aunque sus resoluciones son simbólicas- se ha convertido en habitual desde el comienzo de la guerra ante la inoperancia del Consejo de Seguridad de la ONU, que está frenado por el derecho a veto que practica Rusia, lo que ha impedido que se apruebe alguna resolución. Las decisiones del Consejo de Seguridad sí son de cumplimiento obligado.