La polémica por las fiestas clandestinas que se organizaron en la residencia del primer ministro británico, Boris Johnson, en el número 10 de Downing Street y en Whitehall sigue levantando polvareda. El llamado Partygate ha despertado el rechazo hacia Johnson de la oposición, su propio partido y el pueblo británico. Pero a esta ecuación se suma un nuevo actor: La Policía Metropolitana de Londres. La comisionada Cressida Dick ha anunciado que la policía está investigando las "infracciones de las restricciones de la covid-19" que supusieron todas las fiestas que se están destapando, según informa The Guardian.
La investigación ya está en marcha formalmente, la oficialización de esta ha estado gracias a las informaciones recibidas sobre la investigación interna que ha hecho el propio ejecutivo y las indagaciones de la policía. "Lo que os puedo decir esta mañana es que como resultado de la información proporcionada por el equipo de investigación de la Oficina del Gabinete y, en segundo lugar, de la valoración de mis oficiales, puedo confirmar que la Policía Metropolitana está investigando una serie de hechos que tuvieron lugar en Downing Street y Whitehall en los últimos dos años con relación a posibles incumplimientos de la normativa covid-19", ha declarado Dick en una comparecencia ante los medios.
"El hecho de que ahora estamos investigando no quiere decir, por descontado, que se emitan notificaciones de sanciones fijas necesariamente en todos los casos y a todas las personas implicadas", ha explicitado la comisionada y ha añadido: "No haremos ningún comentario sobre nuestras investigaciones actuales". Aunque la policía no quiere dar más detalles de la investigación en curso, la intromisión de la policía en este escándalo solo pone todavía más difíciles las cosas para Boris Johnson, de quien incluso sus compañeros de partido reniegan a estas alturas.
Fiestas y más fiestas
El que empezaron como una fiesta aislada durante uno de los momentos más duros de la pandemia en el Reino Unido se ha ido multiplicando fondos a ser una recopilación de fiestas clandestinas que el gabinete de Boris Johnson organizaba de forma habitual. Estas celebraciones no solo chocan porque se dan cuando gran parte de la población se encuentra combatiente el virus en los hospitales o en sus hogares, sino que violan muchas de las restricciones que los ciudadanos se veían obligados a cumplir.
El Partygate está formado por muchas fiestas de los altos cargos del gobierno británico, entre los cuales destaca al primer ministro. La última fiesta de este escándalo que se destapó fue justamente la del aniversario de Johnson. El lunes la televisión ITV publicó que el líder de los conservadores habría hecho una fiesta de aniversario en el 2020 con una treintena de personas en un momento en que los encuentros sociales en espacios interiores estaban prohibidos. Nueve días antes de la supuesta celebración ilegal, el 10 de junio, Johnson había pedido a la ciudadanía "seguir respetando las normas diseñadas" para mantener a las personas "fuera de peligro".
También se han dado a conocer fiestas en Downing Street donde los invitados llevaban su propia bebida, celebraciones en otros edificios del gobierno incumplido las restricciones e incluso la celebración semanal de los "viernes del vino". Estas últimas habrían sido animadas para el mismo Johnson con el fin de "desahogarse". Por todo ello, el primer ministro se ha disculpado y ha asegurado que las consideraba "encuentros de trabajo", una disculpa que no ha convencido a la oposición ni a su partido. Habrá que ver si convence a la investigación policial.