La Comisión Europea (CE) ha anunciado este miércoles que no puede retener los fondos de recuperación europeos en Hungría utilizando el mecanismo de violación del Estado de Derecho por la ley antiLGTBI que aprobó el Parlamento húngaro. El portavoz de Justicia e Interior de la CE, Christian Christian Wigand, ha asegurado que: "según el reglamento, solo se pueden adoptar medidas cuando una infracción del Estado de Derecho afecte gravemente o corra el riesgo de afectar a la buena gestión financiera del presupuesto de la UE (...) De acuerdo con eso no vemos una conexión entre esta ley húngara y el mecanismo de condicionalidad".
Este anuncio llega después de que la comisaria europea de Igualdad, Helena Dalli, asegurara a una entrevista con Reuters que Bruselas se planteaba responder a la aprobación de esta ley con medidas similares a la congelación de fondo con la que se castigó en Polonia. La sanción al Estado polaco les llegó cuando se va declara "libres de LGTBI". Dallia aseguró que el mensaje que se preparan para transmitir a Hungría era que si no se comulgaba con los valores de la UE, no se recibe su dinero. Finalmente no está claro que acabe siendo así.
El Ejecutivo europeo no descarta tomar medidas ante la violación de los derechos humanos que supone la nueva ley húngara antiLGTBI, pero todavía no saben qué forma adoptará este castigo. Dana Spinat, portavoz principal adjunta del Ejecutivo de la UE, ha asegurado que se encuentran estudiando "al detalle" la nueva ley, pero ha señalado que hasta que no se finalice este examen en profundidad sobre la "situación jurídica real" y las "competencias que existen en el ámbito europeo" la Comisión no podrá tomar cartas sobre el asunto, según informa Efe.
La cruzada de Orbán
Viktor Orbán, presidente de Hungría, vuelve a los titulares europeos por sus políticas contra los derechos humanos. En este caso por la aprobación de la anunciada ley antiLGTBI, la última de una larga lista de leyes que violan los derechos de las personas del colectivo que el Ejecutivo de Orbán lleva promoviendo desde que llegó al poder el año 2010.
La nueva normativa se enmascara como una legislación que persigue la pedofilia. Ligar pedofilia y homosexualidad es un recurso viejo de muchos políticos de ultraderecha que Orbán ha reciclado. Si bien la ley impone penas más duras hacia los pedófilos también prohíbe las charlas sobre homosexualidad en los centros educativos y veta el contenido audiovisual LGTBI en la televisión.
La LGTBIfóbia recorre Europa
Las medidas contra el colectivo LGTBI se extienden por Europa de la mano de los gobiernos ultraconservadores. El caso de Polonia también hizo saltar las alarmas de la UE, que acabó sancionando económicamente el Estado después de que se declararan espacios "libre de LGTBI" varias zonas del país.
Wigand ha insistido en que el caso actual con Hungría es diferente, ya que los fondos retirados a Polonia se encuadran en el marco de un programa de hermandad y no de recuperación.