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El diálogo entre Rusia y Ucrania para negociar la paz choca con el elefante en la habitación: la situación de Crimea y el Donbás. Después de rebajar los objetivos oficiales para llevar a cabo la invasión del país vecino, parece que Moscú no está dispuesto a renunciar a la conquista del este de Ucrania y devolver las tropas a Rusia sin ningún triunfo significativo. El negociador jefe de la delegación rusa ruso, Vladímir Medinski, ha advertido hoy en Ucrania que el estatus tanto de la anexionada península de Crimea como de las autonombradas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia ha sido reconocida por el Kremlin, son intocables para Rusia y no harán ningún tipo de concesión de cara a pactar la paz con el país vecino. "Quiero subrayar que la postura inicial de nuestro país en relación con Crimea y el Donbás sigue siendo invariable", ha afirmado Medinski dirigiéndose a la televisión pública. Por otra parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, consideró anoche "positivas" las negociaciones entre las dos partes celebradas en Estambul. Por el contrario, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha considerado hoy sobre la reunión bilateral que "no podemos constatar avances, nos espera un trabajo bastante largo".

Crimea y el Donbás

Ante la determinación de Moscú para expandir el territorio anexionado a Ucrania, el presidente ucraniano quiso expresar ayer su convencimiento de que "la soberanía y la integridad territorial de Ucrania tienen que quedar garantizadas. No puede haber ni habrá ningún compromiso sobre la soberanía e integridad territorial", aseguró. A pesar del inmovilismo de los rusos en esta cuestión, parece que los ucranianos sí que están dispuestos a negociar en estos términos. El asesor presidencial del gobierno de Zelenski, Mykhailo Podoliak, explicó ayer martes por la noche que Kyiv propuso en Moscú un plazo de quince años para negociar el estatus de Crimea, ocupada ilegalmente por Rusia en el 2014. Con respecto al Donbás, el parlamento ruso reconoció la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, situadas en la cuenca del Donbás, en preparación al inicio de la autonombrada "operación militar especial". Tanto Putin como los líderes prorrusos de estas provincias destacaron que su objetivo es recuperar el control de todo el territorio administrativo de las regiones de Donetsk y Lugansk, según la Constitución ucraniana.

Voluntad de un acuerdo

Dejando de lado uno de los puntos a más críticos para acordar la paz en Ucrania, el negociador jefe de la delegación rusa, que volvió anoche de Estambul, donde tuvo lugar la quinta ronda de negociaciones, ha destacado que "ayer, por primera vez en muchos años, las autoridades de Kyiv expresaron su voluntad de llegar a un acuerdo con Rusia". En este sentido, Medinski se refiere a la renuncia que Ucrania parece haber hecho de cara su posible ingreso a la OTAN. También parece que las partes habrían llegado a un acuerdo a la hora de asegurar la neutralidad de Ucrania, por el cual no acogerá bases militares extranjeras, no pertenecerá a bloques o alianzas de defensa y no asistirá militarmente a otros países. Por su parte, la delegación ucraniana fijó una condición para adoptar estas medidas: un mecanismo de garantías de defensa formado por otros países. Por el contrario, los rusos habrían renunciado a las demandas de "desnazificación" del país ocupado y el estatus de la lengua rusa. Además, ha destacado al negociador ruso, Kyiv también se comprometería a organizar maniobras militares con participación de fuerzas extranjeras únicamente con el consenso de todos los garantes internacionales de la seguridad, que incluye en once países, entre ellos Rusia. "Si estas obligaciones se cumplen, entonces ya no habrá amenaza de creación de una plataforma de la OTAN en territorio ucraniano", resaltó. Por otro lado, Medinski ha celebrado que Kyiv le entregase a Moscú "los principios de un posible y futuro acuerdo" por primera vez "plasmados en papel". "El trabajo sigue, las negociaciones continúan", ha concluido.