El primer ministro libanés, Najib Mikati, ha advertido este miércoles que su gobierno "no puede proporcionar por sí mismo las necesidades básicas" de la población, en un momento en que los incesantes ataques de Israel han obligado más de 1,2 millones de personas a abandonar su casa. "El Líbano vive una de las crisis más peligrosas. Ahora tiene la tasa más alta de desplazados internacionales y no puede por si suele proporcionar las necesidades básicas a toda la población vulnerable a su territorio a corto y medio plazo", ha dicho Mikati en una reunión con varios ministros del gabinete y con responsables de la ONU.

El jefe del ejecutivo libanés ha recordado que el país "está sometido a una agresión continua, en una clara violación del derecho internacional humanitario" y que, hasta ahora, en torno a 2.400 personas han muerto y más de 10.000 han resultado heridas por "la devastadora guerra lanzada por Israel". Las cifras ofrecidas por Mikati contabilizan los muertos, entre civiles y combatientes, desde el inicio de las hostilidades entre Israel y el grupo chií Hizbolá el 8 de octubre del 2023, un día después del estallido de la guerra en la Franja de Gaza. Sin embargo, las autoridades advierten que la campaña de bombardeos israelíes iniciada a finales de septiembre ha provocado la gran mayoría de estas muertes.

"En esta difícil circunstancia, hace falta avanzar en la implementación del plan de respuesta libanés para mejorar los servicios públicos y garantizar un apoyo adecuado a las instituciones libanesas, además de brindar asistencia humanitaria inmediata", ha indicado al mandatario durante la sesión.

En este sentido, ha insistido en que la asistencia humanitaria proporcionada por varios países, organizaciones internacionales y agencias de las Naciones Unidas es "de suma importancia" a causa de las crecientes dificultades del Gobierno, que ya era disfuncional en gran medida antes de la guerra.

La Cruz Roja envía kits de primeros auxilios

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha informado este miércoles del despliegue de un equipo quirúrgico especializado en heridas de guerra en un hospital del sur de Beirut y del envío de nuevos suministros médicos para tratar aproximadamente 2.000 pacientes críticos y equipos para purificar incluso 50.000 litros de agua. "El equipo quirúrgico, que incluye a un médico de urgencias, un cirujano y un anestesista, tiene experiencia a las lesiones únicas y destructivas causadas por las armas de guerra", ha indicado CICR en un comunicado.

Este personal operará con el equipo existente del CICR, integrado por 22 personas, en el Hospital Universitario Rafik Hariri, en el sur de la capital libanesa, en un despliegue estrechamente coordinado con el Ministerio de Salud Pública, según la nota. El refuerzo médico se produce en medio de una escalada de las hostilidades, un número creciente de heridos y un sistema de asistencia sanitaria saturado "con el objetivo de salvar vidas y ayudar a aliviar el agotado personal médico".

"Esta asistencia crítica proporciona un socorro muy necesario, pero las necesidades siguen aumentando considerablemente", ha dicho la jefa de la delegación del CICR en el Líbano, Simone Casabianca-Aeschlimann. Asimismo, los nuevos suministros médicos enviados a inicios de mes incluyen equipos de cirugía de guerra capaces de tratar aproximadamente a 2.000 pacientes críticos, en función de la gravedad de las heridas, además de suministros de purificación de agua, que puede tratar hasta 50.000 litros de agua.