Casi un año después de la salida de las fuerzas occidentales de Afganistán, los talibanes que ahora controlan el país imponen el burka obligatorio en espacios públicos para todas las mujeres y niñas. Así lo ha decretado este domingo el ministerio de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio del país. A pesar de reconocer que "el 99% de las mujeres ya llevan el hiyab [el velo islámico que solamente tapa el cabello], el resto también tendría que usarlo y no hay excusa para ellas", han manifestado los líderes fundamentalistas. En este sentido, el gobierno ha ordenado que las mujeres tienen que ir con el cuerpo completamente tapado, y por eso "el burka es la mejor opción" para cumplir esta directriz. Según la nueva norma, las funcionarías y las mujeres de funcionarios que no lleven la cabeza, la cara, y prácticamente todo el cuerpo llenado en público, serán despedidos. Con respecto a las mujeres y niñas que no lo lleven, se harán responsables sus figuras masculinas más próximas (el padre o el marido), que recibirán una visita de las autoridades y, si siguen sin acatar la norma, serán cerrados al calabozo hasta tres días y tendrán que aparecer ante el ministerio "para recibir su castigo".
Burka obligatorio
Después de tomar el control del país, los talibanes intentaron proyectar una imagen más moderna y liberal de cara la comunidad internacional. En las primeras semanas tras la salida de los EE. UU. de Afganistán, los talibanes controlaron minuciosamente la manera en que se expresaban a los medios, sobre todo con respecto a los derechos de las mujeres y niñas, seguramente para intentar normalizar su presencia en espacios como la ONU, para recibir reconocimiento y poder hacer negocios. Poco a poco, y a pesar de la resistencia de este colectivo que no ha dejado de manifestarse públicamente en contra la represión de los talibanes, el gobierno de Afganistán ha ido acortando las libertades de las mujeres. El último de estos movimientos, y quizás lo que mejor simboliza el cambio de régimen, es el de la obligatoriedad de cubrirse totalmente en público. Hasta ahora, las afganas han ido sufriendo restricciones para acceder a la educación, la segregación por géneros en lugares públicos, y viajar con burka y acompañadas de un hombre.
20 años atrás
De manera progresiva, las normas del gobierno talibán están reanimando a las mujeres del país a la situación del primer régimen talibán (1996-2001), cuando fueron confinadas en sus hogares, sin posibilidad de estudiar ni trabajar. La activista afgana Yalda Parwani ha señalado a Efe que esta imposición por parte de los fundamentalistas es una manera de "convencer a sus combatientes de que están haciendo un gobierno islámico en Afganistán, como se les prometió durante la guerra de los últimos 20 años". "El hiyab es nuestra felicidad y orgullo como mujeres musulmanas, pero el gobierno talibán simplemente nos impone que usamos su código de vestimenta específico para nosotros", resolvió. Detrás de muchas de estas regulaciones contra las mujeres se encuentra el todopoderoso Ministerio de Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, una institución que entró en vigor durante el primer régimen talibán y que, al recuperar el control sobre el país, se volvió a erigir, precisamente, sobre el ahora extinto ministerio de la Mujer.