Para sorpresa de nadie, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, se ha impuesto en las elecciones presidenciales en que comparecía como favorito indiscutible con el 87,6% de los votos. El conocido como el último dictador de Europa revalida así más de tres décadas de mandato, después de imponerse a siete procesos electorales seguidos. El bielorruso permanecerá en el poder hasta el 2030 gracias a los resultados de unos comicios que han sido criticados por su falta de transparencia, en que la segunda fuerza más votada ha obtenido únicamente el 5% de los sufragios.

La victoria del mandatario se ha producido al mismo tiempo que Occidente niega la legitimidad de las elecciones. Bielorrusia ha acusado esta semana de injerencia al Parlamento Europeo por condenar anticipadamente los comicios con un proyecto donde llama a la comunidad internacional a no reconocer los resultados. "Me da absolutamente igual si la Unión Europea reconoce o no estas elecciones. Lo que me importa es que lo hagan los bielorrusos", ha declarado Lukashenko después de depositar su voto.

Las autoridades europeas han denunciado al unísono como una "farsa" la celebración de estas elecciones y consideran al país como un vasallo de Rusia y cómplice en su guerra contra Ucrania. Una de las voces más condenatorias es la de la Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Kaja Kallas, la cual ha lamentado este sábado que "Lukashenko se haya aferrado al poder durante 30 años". "Eso es una ofensa flagrante a la democracia", ha dicho la líder de la diplomacia europea en una publicación en su cuenta de la red social X donde se ha mostrado contundente al resolver que el mandatario "no tiene ninguna legitimidad".

Sin embargo, Lukashenko ha reiterado su voluntad de dialogar con Bruselas siempre que admitan los términos de la conversación consensuados con Bielorrusia. "Si responden a nuestra propuesta sobre la disposición de dialogar, estamos dispuestos a hablar con la Unión Europea, incluso con los que aplican una política agresiva contra nosotros", ha manifestado el presidente este domingo.

Una oposición más bien blanda

El mandatario también ha asegurado que ni un solo partido político ha sido censurado y ha exhibido su voluntad de alcanzar la mano a la candidata rival y diputada independiente Anna Kanopatskaya, considerada como la voz más contundente de la oposición. "Una mujer que, cuando critica, lo hace de manera civilizada, no como pasa en otros lugares", ha valorado Lukashenko, que ha añadido que Bielorrusia es "el único país del espacio postsoviético que no ha coartado nunca a ningún partido". Kanopatskaya ha sido criticada por las voces más disidentes y algunos observadores internacionales por ser una candidata que no cuestiona directamente y de manera contundente la autoridad de Lukashenko. Esta postura ha levantado la sospecha de que su presencia en las elecciones podría servir para legitimar un proceso electoral aparentemente plural, pero dominado por el régimen.

En contraste con figuras opositoras anteriores, como Svetlana Tijanóvskaya u otros líderes exiliados que han encabezado movimientos masivos de protesta, Kanopatskaya no parece haber liderado una oposición firme y desafiante. Su campaña electoral se ha basado más en propuestas de reforma económica y mejoras graduales que en una ruptura directa con el actual sistema político. Eso la sitúa como una opositora que, si bien ofrece una alternativa en teoría, no representa una amenaza significativa para el poder establecido.

En las elecciones del 2020, Lukashenko utilizó las fuerzas de seguridad para aplastar las protestas masivas contra el resultado oficial, incitadas por la afirmación de Tijanóvskaya de que el régimen había manipulado el recuento. Decenas de miles de personas fueron detenidas y, en la actualidad, el grupo de derechos humanos Viasna, que está prohibido como organización "extremista", afirma que hay unos 1.250 presos políticos. El mandatario también acusó a Maria Kalesnikava, una de las caras visibles de las manifestaciones, de haber “violado la Constitución”. Otros presos destacados incluyen al activista de los derechos humanos y ganador del Premio Nobel de la Paz Ales Bialiatski, que cumple una condena de 10 años por cargos de contrabando que él niega. "En cualquier estado debes asumir la responsabilidad si incumples la ley. La ley es severa, pero es la ley", dijo Lukashenko.

¿Por qué Lukashenko ha avanzado las elecciones?

En un primer momento, las elecciones estaban programadas para el verano, pero Lukashenko las adelantó a enero. Los observadores internacionales explican que el cambio se debe a la voluntad del presidente de mermar las posibles protestas en respuesta a su holgada victoria, ya que el invierno en Bielorrusia somete a los ciudadanos a temperaturas muy bajas. También se contempla la posibilidad de que el mandatario quisiera asegurar su séptimo mandato antes de que se produjeran las negociaciones para llegar a la paz en Ucrania. Lukashenko no ha escondido su interés en convertirse en un actor importante y participar en las conversaciones.