La aspiración de volver al poder desde la prisión que acariciaba al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha quedado frustrada hoy por la justicia electoral,que ha vetado su candidatura por el impedimento que comporta su situación jurídica, al haber sido confirmada en segunda instancia su condena a prisión. Lula está en prisión desde el pasado abril.
El Tribunal Superior Electoral ha decidido por una mayoría de seis votos fachada que Lula presente su candidatura en aplicación de la llamada ley "ficha limpia", norma que fue aprobada por el mismo Lula en el 2010 cuando todavía gobernaba. Esta ley, contra la cual ahora se ha rebelado el Partido de los Trabajadores, establece que toda persona con una condena ratificada en segunda instancia, como es el caso de Lula, no puede aspirar a un cargo electo, aunque pueda presentar más apelaciones.
Entre los argumentos esgrimidos por Lula ante el tribunal hay la decisión dictada por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que pedía garantías para su participación en las elecciones.
No obstante, el magistrado Luis Roberto Barroso, instructor del caso, ha rechazado uno a uno los argumentos de los abogados de Lula y ha abierto el camino para el veto a la candidatura, inscrita por el Partido de los Trabajadores el 15 de agosto. Según Barroso y la mayoría de los jueces, la ONU se pronunció "sin haber escuchado antes al Estado brasileño.
Encuestas
La decisión del tribunal electoral puede empezar a aclarar el panorama para las elecciones de octubre, hasta ahora contaminado por la indefinición en torno a Lula, que lidera las encuestas con una intención de voto próxima al 40%.
Las empresas demoscópicas ya han simulado una elección sin Lula y, en este escenario han situado hasta ahora en primer lugar el ultraderechista Jair Bolsonaro, con casi un 20% de intención de voto. Lo siguen en la orden de preferencias la ecologista Marina Silva, con el 15%, el socialdemócrata Geraldo Alkcmin y el laborista Ciro Gomes, los dos con entre un 6 y un 9% de las simpatías.