El progresista Luiz Inácio Lula se ha impuesto al populista Jair Bolsonaro en el pulso final de las elecciones generales brasileñas. Con el 99,98% de las papeletas escrutadas, el expresidente Lula volverá a presidir en Brasil después de recibir el 50,90 % de los votos, mientras que su contrincante y también expresidente Bolsonaro ha conseguido el 49,10 %. De esta manera, el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) ha obtenido una ventaja de poco más de 2,1 millones de votos en los comicios más polarizados de la historia de Brasil, con la diferencia más pequeña entre los dos candidatos en la segunda vuelta. De hecho, el dirigente progresista ya había vencido la primera vuelta, el 2 de octubre pasado, con el 48,4% de los votos válidos, pero, como no consiguió más de la mitad de los sufragios, tuvo que volver a enfrentarse con el líder ultraderechista, que recibió el 45,2 %.
Vuelve Lula
Tras la ajustada victoria en las urnas de ayer, Lula, que ya gobernó Brasil entre 2003 y 2010, previsiblemente asumirá su tercer mandato como jefe de Estado este mes de enero. Antes de conocer el resultado final, todo apuntaba que el líder ultraderechista ganaría, porque Bolsonaro lideró en la primera parte del recuento y llegó a tener una ventaja de 14 puntos porcentuales. Solamente fue superado por su rival progresista cuando se llegó a poco más del 67% del escrutinio, cuando se empezaron a contabilizar los votos de las pequeñas ciudades y de las regiones periféricas. Así, Luiz Inácio Lula da Silva (PT) obtiene 60.335.803 votos, el 50,90 % en total, mientras que Jair Bolsonaro (PL) recibe 58.200.414 papeletas, el 49,10 % del voto.
Las elecciones más polarizadas de la historia
Toda la campaña electoral ha estado marcada por la tensión, que se ha mantenido durante la jornada electoral de este domingo. El diputado de izquierdas Paulo Teixeira denunció la existencia de una "instrumentalización" de la Policía Federal y de la Policía Federal de Carreteras "dirigida eventualmente a interferir en el proceso electoral". Según el diputado, estos organismos controlados por el gobierno de Bolsonaro pretendían "crear hechos políticos artificiales en beneficio de la candidatura a la reelección" del todavía presidente, y en detrimento de su adversario. Ante estas acusaciones, el presidente del Tribunal Superior Electoral, el magistrado Alexandre de Moraes, ha pedido explicaciones a la Policía Federal de Carreteras para hacer operaciones que supuestamente han obstaculizado el tráfico de votantes en la jornada electoral. A través de las redes sociales han circulado numerosos vídeos en los cuales se ven agentes de la Policía Federal de Carreteras montados en varias ciudades del país, principalmente en la región nordeste, que constituye el principal fortín del candidato opositor Lula da Silva.
El senador Humberto Costa, compañero de Lula en el Partido de los Trabajadores, ha afirmado en Twitter que han recibido varias denuncias sobre "la acción completamente ilegal" de la Policía. "Están intentando acabar con uno de los derechos más sagrados de nuestra Constitución: el voto. Es una acción con objetivos claramente electorales. ¡Dejen votar al nordeste"!, ha denunciado Costa. Finalmente, Moraes ha asegurado que las operaciones policiales no han impedido que los electores hayan ejercido su derecho. "En algunos casos eso ha retrasado la llegada de los electores, pero en ningún caso impidió que pudieran votar". Al margen de eso, la jornada de votación transcurre con normalidad, con pocos problemas registrados en las urnas electrónicas.