El presidente de Francia, Emmanuel Macron, da ya por hecho este martes que su primer ministro, Michel Barnier, será víctima de una moción de censura por la alianza de la izquierda de Nuevo Frente Popular con la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional, y empieza a buscarle a un sustituto. Si su moción prospera, sería la primera vez desde octubre de 1962. En aquel momento, cayó el gobierno del primer ministro Georges Pompidou, el único precedente en la Quinta República.

Todo hace pensar que la moción saldrá adelante, por las declaraciones de los partidos que las presentarán, y por eso, varios medios franceses apuntan a que Macron ya está valorando sus opciones. Como cuenta con poco margen de maniobra y tiene que actuar con urgencia, los nombres que más suenan son figuras relevantes del ejecutivo de Barnier que puedan hacer el peso a la extrema derecha de Marine Le Pen. Con muchas menos opciones, también a abrir la puerta a presentar a un candidato para contentar a las izquierdas, que fueron la fuerza más votada a las elecciones.

Un candidato que le guste a Le Pen

Entre los nombres que se pelean, suena con más fuerza el del actual ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, que es lo único que sigue en el Gobierno desde que Macron accedió al Elíseo en 2017. Una de las figuras más fieles del presidente, cuenta con una cierta mirada favorable de Le Pen, una carta ganadora que le podría abrir pactos que su antecesor no ha sido capaz de conseguir.

Otro de los candidatos al sitio con un perfil parecido, es el veterano centrista François Bayrou, que cuenta con una dilatada carrera política, donde ha sido varias veces ministro y candidato al Elíseo. También comparte afinidad con Le Pen, especialmente porque los dos fueron imputados en un caso de financiación ilegal de partidos con fondo del Parlamento Europeo, del que fueron absueltos por falta de pruebas. La apuesta más radical sería el actual ministro del Interior, Bruno Retailleau, representante del ala más dura y conservadora de la derecha tradicional, que comparte ideas con Le Pen en temas de inmigración y seguridad.

Por el contrario, la opción que cada vez pierde más fuerza es que Macron nombre a un primer ministro procedente de la izquierda. El nombre del socialista Bernard Cazeneuve, que ya ocupó el cargo los últimos seis meses de la presidencia de François Hollande, que ya sonó el septiembre pasado, pero generó mucho entusiasmo ni siquiera en su partido, que forma parte de la alianza de izquierdas con comunistas, ecologistas y especialmente al ala de Mélenchon.

La última bala de Barnier

La química entre Macron y Barnier no ha sido precisamente fluida desde la llegada del último al Elíseo, segundo publica Le Monde, el presidente se habría enterado de varios proyectos del gobierno a través de la prensa. Las discrepancias entre los dos también han sido notorias, ya que el primer ministro habría roto con una de las máximas del macronismo, mantener al mínimo los impuestos a las empresas.

Al presidente de la república, que está de visita oficial a Arabia Saudí, le llegan "llamamientos a la responsabilidad" de los ministros de Barnier, que parece que caen en saco roto, y que confirman sus peores presagios: Barnier será el primer ministro más breve en Francia desde la Segunda Guerra Mundial.

En un intento desesperado por salvar el cargo, Barnier visitará este martes en horario de máxima audiencia las dos cadenas más vistas de la televisión francesa, la privada TF1 y la pública France 2, un último grito de auxilio antes no prospere la moción contra su ejecutivo.