El presidente francés, Emmanuel Macron, se negó a pasar una PCR en Rusia antes del encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin, porque no quería que el Kremlin "tuviera su ADN", según informa la agencia británica Reuters. Al no hacerse la PCR, Putin declinó hacer un saludo formal a Macron y mantuvo la máxima distancia social, que incluyó sentarse en la mesa de más de 4 metros de longitud. "Sabíamos muy bien que eso significaba no hacer un apretón de manos y aquella mesa larga. Pero no podíamos aceptar que tuvieran en sus manos el ADN del presidente", han señalado fuentes del entorno del líder francés. Según la agencia, el protocolo ruso dio a Macron dos opciones: o aceptaba una prueba de PCR realizada por las autoridades rusas y se le permitía acercarse a Putin, o bien se negaba y tenía que mantener un distanciamiento social más estricto. El presidente francés finalmente se hizo una prueba de PCR francesa antes de marcharse y una prueba de antígenos realizada por su médico una vez llegado a Rusia, pero los rusos no lo consideraron suficiente: "Nos dijeron que había que mantener a Putin en una estricta burbuja de salud".

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La medida de las mesas ha variado al cabo de pocos días. El jueves, tres días después de que Macron y Putin mantuvieran su reunión socialmente distanciada, el líder ruso recibió al presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev. Y los dos mandatarios se dieron la mano cordialmente dándose golpes en la espalda y se sentaron el uno cerca del otro, separados sólo por una pequeña mesilla de café. ¿No había tensión diplomática, o Tokayev aceptó hacerse la PCR rusa? Putin ayudó militarmente a Tokayev para sofocar la revuelta que se vivió en el país a partir del 1 de enero, que estalló por la subida del precio del gas, que se incrementó de 0,12 a 0,24 euros el litro.

Después de su entrevista, Macron presumió de haber conseguido avances hacia la estabilidad y la desescalada en la crisis del conflicto por Ucrania. Macron, que se reunió después con el presidente ucraniano, Vlodomír Zelenski, auguró una buena tendencia hacia la resolución del conflicto que tendrá que ser confirmado las próximas semanas por Estados Unidos y la OTAN. Según el líder francés, las conversaciones que ha tenido con Zelenski permitieron andar hacia la seguridad de la región ucraniana. Macron llegó a Kiev directamente desde el Kremlin, arrancó a Putin la promesa de que Moscú no tomará nuevas medidas militares en la frontera con el país vecino. Mientras tanto Putin no pronunció ninguna palabra sobre la desescalada, pero su portavoz, Dmitri Peskov, admitió que la desescalada "es muy necesaria, ya que la tensión aumenta cada día que pasa". También culpó a la OTAN de las nuevas espirales de tensión: "Los países occidentales envían tropas a Ucrania, envían aviones cargados de armas, envían equipos de militares".