El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cede a la presión internacional y afirma que su partido está dispuesto a presentar todos los recuentos de votos de las controvertidas elecciones de su país. Sin embargo, Maduro no se ha ligado con plazos concretos y ha aprovechado su comparecencia ante los periodistas para cargar contra la oposición. Además, figuras destacadas de su partido han cargado contra algunos de los líderes de la izquierda latinoamericana, los cuales cada vez dejan más solo al chavismo.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Maduro como el ganador de los comicios del pasado domingo, pero la oposición ha puesto en duda estos resultados y ha exigido que se hagan públicas las actas electorales donde se pueda corroborar el recuento. Lo que empezó como una demanda de la oposición venezolana se ha extendido por todo el mundo y varios líderes americanos se ha sumado a la petición.
Por su parte, el Ejecutivo de Maduro ha esquivado publicar las actas y lo ha justificado culpando un “pirateo” al sitio web del CNE el mismo domingo. El líder chavista ha insistido que es a causa del ataque informático que las actas no son públicas todavía. En su comparecencia ante la prensa con un ademán solemne y mostrado una biblia y la Constitución venezolana, ha prometido la publicación de las actas y ha afirmado que la oposición promueve las protestas violentas.
Parte de la izquierda latinoamericana, más lejos de Maduro
Maduro cada vez se ve más aislado de sus posibles aliados en el continente americano. Si bien países como Cuba reconocieron inmediatamente los resultados de las elecciones, otros bajo gobiernos de izquierdas han estado mucho más reticentes. Uno de los casos más destacados es el del presidente chileno, Gabriel Boric. Maduro ha cargado duramente contra Boric por su cuestionamiento público de la transparencia a los comicios.
Otros han mantenido un posicionamiento equidistante, como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien se ha mantenido en silencio durante tres días. Finalmente, no ha saltado a dar apoyo incondicional, sino que ha hecho un llamamiento a la calma y se ha ofrecido a mediar. Quien tampoco ha corrido a mojarse por Maduro ha sido el presidente del Brasil, Lula da Silva. En una línea similar que la de Petro, Silva se ha limitado a abogar por la paz y la "normalización del proceso político" a Venezuela.
Si bien ninguno de los dos ejecutivos da apoyo a la cruzada del chavismo abiertamente, ambos se han abstenido en una votación del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para exigir que se publicaran las actas. En una sesión extraordinaria celebrada en Washington, el texto tuvo 17 votos a favor, ninguno en contra, 11 abstenciones y cinco ausencias, de manera que no consiguió el apoyo de la mayoría absoluta de los miembros del organismo panamericano necesario para ser aprobado.
Votaron a favor Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam y Uruguay. Se abstuvieron Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Granada, Honduras, San Cristóbal y Nieves, y Santa Llúcia. No participaron en la sesión Dominica, México, San Vicente y las Granadinas, y Trinidad y Tobago, además de Venezuela, ausente desde hace tiempo.