La pesadilla de buena parte del mundo académico se ha materializado en una universidad sueca, donde el mal funcionamiento de un congelar ha destrozado décadas de investigación. El precio de esta pérdida no se limita únicamente al conocimiento, también se traduce en dinero, según The Guardian el coste estimado se alza hasta los millones de euros. La víctima de este fatídico accidente es el Karolinska Intsitutet (KI) de Estocolmo. Todos los factores se conjuraron para que algo que se podría solucionar rápidamente se diera en un contexto que condenó décadas de investigaciones a desaparecer; el accidente pasó durante las vacaciones de Navidad.
Las muestras que se han perdido estaban almacenadas en depósitos refrigerados con nitrógeno líquido, a una temperatura de -190 °C. Entre el 22 y el 23 de diciembre se produjo una interrupción en el suministro de nitrógeno líquido a 16 depósitos criogénicos, y si bien los depósitos pueden estar cuatro días sin nitrógeno líquido adicional, se quedaron sin nitrógeno líquido durante cinco, dado que era periodo vacacional. Matti Sällberg, decano del campus sur de KI, ha declarado: "Pasó posiblemente en el peor momento que se pueda imaginar en Suecia, solo un día antes de la nochebuena".
Las investigaciones de leucemia, las más afectadas
"Los más afectados son los que investigan la leucemia, han recogido muestras de pacientes durante hasta 30 años", ha apuntado Sällberg. Se ha abierto una investigación interna a la universidad y, aunque no hay indicios de sabotaje, también se ha denunciado el incidente a la policía. Sin embargo, el impacto de este mal funcionamiento del congelador tan grande que las instituciones académicas quieren investigar que ha fallado. Hay que tener en cuenta que el KI es la sede de la Asamblea Nobel, que tiene el encargo de seleccionar a un ganador del premio Nobel de fisiología o medicina.
Todas las muestras eran estrictamente para la investigación, de manera que no afectarían a la atención de ningún paciente actual, pero se habían pensado para utilizarlas en futuras investigaciones. "Estas son muestras que han sido objeto de estudios extensos y había planos para más estudios", ha lamentado el decano.
El impacto académico de estos hechos es enorme, pero las consecuencias no se quedan aquí. Según se hace eco The Guardian, a nivel económico los medios locales estiman que se han perdido en torno a los 43 millones de euros. Por parte de la universidad, se ha afirmado que ellos no han hecho ningún tipo de estimaciones, pero Sällberg apunta que fácilmente serán millones de euros.