La posibilidad de una escalada de las tensiones con Rusia está provocando discordias en la coalición de gobierno alemana, formada por socialdemócratas, liberales y verdes, a causa del suministro de gas que efectúa Moscú a Berlín. El nuevo canciller, Olaf Scholz, apuntó el martes que una de las posibles sanciones a Rusia si invade Ucrania sería el paro del gasoducto Nord Stream 2, que está listo para transportar gas ruso hasta la costa norte de Alemania aunque todavía no tiene la licencia necesaria. Pero esta posibilidad está provocando malestar en las filas socialdemócratas y de los verdes. Una de las que se ha pronunciado ha sido la primera ministra de Mecklenburg-Pomerania Occidental, la socialdemócrata Manuela Schwesig, que presiona para que el gasoducto Nord Stream 2 que pasa por el mar Báltico se active. Ha agradecido a la asociación comercial que promueve las relaciones con el Este de Europa que apueste por mantener el proyecto, a pesar de los intentos de "parar el gasoducto mediante sanciones y con amenazas de sanciones".
Según Manuela Schwesig, además de las energías renovables, Alemania necesita el gas como fuente de energía adicional, al menos durante un periodo de transición. "Por lo tanto, estoy contenta de que ahora se haya completado el gasoducto del mar Báltico", ha añadido. "Espero un proceso judicial rápido para que la línea pueda entrar en funcionamiento. La finalización del gasoducto del mar Báltico también es del interés de Alemania", ha añadido. Y ha pedido un "diálogo crítico y un intercambio económico" con Rusia. A estas tesis se ha sumado el secretario de Estado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Tobias Lindner (Verdes), que ha advertido contra las sanciones contra el gasoducto Nord Stream 2. "No damos apoyo a las amenazas de sanciones extraterritoriales", ha indicado el político de los Verdes.
Al pasar por debajo del mar Báltico, Nord Stream 2 duplicará las exportaciones de gas de Rusia a Alemania, y también eludirá Ucrania, que depende de los gasoductos actuales que pasan por este país para obtener ingresos y se vería muy afectada por la pérdida de las tarifas de tráfico. Las empresas alemanas han invertido mucho dinero en el gasoducto, que tendrá 1.225 kilómetros de longitud, y el antiguo canciller Gerhard Schröder (SPD) ha tenido un papel importante en su construcción. La decisión del regulador alemán de suspender la certificación de gasoducto fue muy bienvenida por la firma energética ucraniana Naftogaz. Y la compañía de gas polaca PGNiG también respondió con un llamamiento a la solidaridad energética en la UE para garantizar la seguridad de los suministros, en un complejo equilibrio geopolítico.