La presencia de un buque de guerra de la Armada Española en el Estrecho de Gibraltar, cerca de Melilla, ha desatado el malestar en Marruecos. Desde el régimen alauí se ha interpretado como una provocación y un mensaje directo a Rabat. Varios medios de comunicación marroquíes han considerado los movimientos del barco una declaración de intenciones y el gesto ha irritado en el contexto de desavenencias diplomáticas entre España y Marruecos por la crisis marcada por el ingreso hospitalario del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en un hospital de Logroño y por la irrupción de miles de personas desde territorio marroquí en la frontera española en Ceuta. Algunos medios de comunicación alauíes titulan que "España provoca en Marruecos", e incluso hablan de "nueva crisis" o directamente "de amenazas de guerra".

La armada española ha publicado un tuit donde afirmaban que asegurarán la defensa del territorio español, acompañado de una fotografía del barco militar español. Esta publicación se ha interpretado como una provocación y ha generado mucho malestar en Marruecos. Se trata de un patrullero que al principio de este mes de enero se encontraba en aguas territoriales españolas, delante de la costa de Melilla. El Estado Mayor de Defensa publicó un tuit en que informaba la "vigilancia marítima" desarrollada por el barco y su dotación en el marco de operaciones permanentes.

El conflicto diplomático

La acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en tierras españolas no hizo mucha gracia a los alauíes que abrieron las puertas de sus puertas al flujo de inmigración como respuesta, creando un total caos en las fronteras españolas. Argelia dio apoyo abiertamente al movimiento emancipador del Frente Polisario y también facilitó el viaje de Brahim a España, de hecho, el líder Polisario viajó en territorio español con un avión argelino. Todos estos gestos de Argelia hacia el Frente Polisario no fueron recibidos nada bien por el rey de Marruecos, Mohamed VI, que en respuesta reforzó sus simpatías con los movimientos soberanistas de la Cabília, en el noroeste de territorio argelino.

Todo este conglomerado de conflictos políticos entre España, Marruecos y Argelia desembocó en un conflicto diplomático entre Argelia y Marruecos. De hecho, rompieron relaciones. La ruptura diplomática entre los dos países norteafricanos aumentó la incertidumbre sobre el gasoducto Magreb-Europa, que cada año suministra millones de metros cúbicos de gas desde el desierto argelino, pasando por Marruecos hasta España y otros países europeos.