Decenas de miles de personas han llenado este sábado las calles de Roma (Italia) para exigir la ilegalización de los partidos políticos surgidos de la ideología fascista. El ataque neonazi contra la sede del sindicato CGIL la semana pasada en la misma capital hizo reavivar el debate sobre la ilegalización de partidos de extrema derecha, como Fuerza Nueva, acusados de haber perpetrado los actos violentos. La preocupación por la escalada de los disturbios incluso llevó a la mayoría de grupos parlamentarios a pedir la prohibición de los partidos fascistas.
Este sábado, unas 50.000 personas según la policía y 100.000 según los organizadores, han respondido al llamamiento de los sindicatos italianos y se han concentrado en el centro de Roma bajo el lema "Nunca más fascismos".
La nueva resistencia
Los sindicatos italianos han reivindicado hoy su historia y labor con el apoyo de decenas de miles de personas. Después del ataque neonazi de la semana pasada, los grupos se han alzado como "la nueva resistencia" contra el extremismo de derechas. "Hoy gracias a la unidad de los sindicatos, el país puede caminar unido para defender la Constitución y la democracia", ha recordado el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini.
Después de un breve recorrido por el centro de Roma, la marcha ha llegado a la plaza de Sant Giovanni, escenario de reivindicaciones emblemáticas, donde han ondeado centenares de banderas y globo de colores como símbolo del pacifismo, en contraste con acciones violentas de Fuerza Nueva.
Prohibir el fascismo
"El primero que pedimos al Gobierno, con el apoyo de todo el Parlamento, es que las fuerzas que invocan el fascismo y utilizan actos violentos tienen que ser disueltas. De la solidaridad hay que pasar a la acción concreta", ha exigido Landini.
Los principales líderes políticos del centroizquierda han estado presentes en la manifestación, entre ellos el secretario general del Partido Democrático (PD), Enrico Letta, y el del M5S, Giuseppe Conte, aunque han mantenido un perfil bajo y no han hecho declaraciones.
Por el contrario, no se han presentado, tal como ya habían anunciado, los dirigentes de la ultraderecha Matteo Salvini (Lega) y Giorgia Meloni (Hermanos de Italia), ni tampoco del conservador Forza Itàlia, de Silvio Berlusconi.
Moción en marcha
Después de un fin de semana de disturbios, el Partido Demócrata italiano (PD), la formación progresista mayor del país, ha presentado esta semana al Parlamento una moción para pedir la ilegalización de los movimientos fascistas. La moción, que se ha llevado al Senado y a la Cámara de los Diputados, insta en el gobierno de Mario Draghi a "seguir el dictamen constitucional que prohíbe la reorganización del ya disuelto Partido Fascista" adoptando las medidas que sean necesarias. En concreto se pide ilegalizar el movimiento Fuerza Nueva.
La iniciativa ya tiene el apoyo confirmado del Movimiento Cinco Estrellas, el líder del cual, Giuseppe Conte, pidió "una acción judicial rápida", y Silvio Berlusconi llamó al secretario general de la CGIL, Maurizio Landini, para darle apoyo. Por su parte, varios ministros del gobierno también se han mostrado favorables a la propuesta.