Unas 20.000 personas, según las autoridades estatales, y 50.000, según los organizadores, se han movilizado este sábado para protestar contra el congreso que celebra el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) en la ciudad alemana de Essen. Este encuentro de la extrema derecha ha provocado una reacción de organizaciones sociales, sindicatos y formaciones políticas, que han hecho un llamamiento a llenar las calles para frenar el movimiento. Con gritos de "fuera nazis" o "el odio no tiene cabida en Essen", los manifestantes han mostrado su rechazo a AfD.
Esta no es la primera protesta contra el partido de extrema derecha y, de hecho, el viernes por la noche se vivieron momentos de tensión en Essen, con enfrentamientos entre manifestantes y agentes de las fuerzas de seguridad. Unas 5.000 personas se manifestaron el viernes por la tarde y hacia la madrugada se produjeron intentos de asaltar el cordón de seguridad que se ha desplegado en torno al edificio que acoge el congreso de AfD. A la vez, algunos de los concentrados intentaron impedir el acceso de miembros ultraderechistas a los hoteles y la policía intervino. "Algunos manifestantes estaban encapuchados y atacaron los agentes", ha explicado un portavoz de la Policía alemana, según recoge Europa Press. A consecuencia, se han producido varias detenciones.
Los incidentes se alargaron hasta las 5.45 horas de la madrugada, momento en que un grupo de manifestantes intentó romper el cordón policial y los agentes respondieron con cargas y el lanzamiento de gases lacrimógenos. Después de este enfrentamiento, el cuerpo ha confirmado que se tuvieron que avisar "varias ambulancias".
Un intento de anular el congreso
Antes de la celebración de este congreso de AfD, el alcalde de Essen, el conservador Thomas Kufen, intentó frenarlo con la anulación del contrato de alquiler que el partido de extrema derecha firmó con el recinto que lo acoge. Kufen probó a cancelar el acontecimiento después de que se publicara la intención de AfD de expulsar millones de migrantes, incluso, los nacionalizados.
A pesar del intento, la extrema derecha ha conseguido reunirse en Essen, donde han reelegido a Tino Chrupalla y Alice Weidel como colíderes del partido, entre un gran despliegue de seguridad. Chrupalla ha recibido el 82,7% de los votos de los, aproximadamente, 600 delegados presentes en la votación, mientras que Weidel ha conseguido un 79,7%.
"Somos el número uno en el este", ha afirmado Chrupalla, que ha asegurado que quiere "ganar estas elecciones". "Queremos ampliar y mantener esta posición", ha añadido. Por su parte, la copresidenta Weidel ha aprovechado la ocasión para atacar el gobierno de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales y ha afirmado que el país "ha degenerado en un parque de atracciones". "Alemania acabará con ella misma si no nos activamos y acabamos de una vez con esta locura progre-hippie", ha señalado.