Los contrarios a la reforma de las pensiones, que fue aprobada por decreto por el gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron hace cerca de un mes, mantienen la ofensiva. Mientras el país se encuentra a la espera del dictamen del Consejo Constitucional, con que se tiene que pronunciar sobre la constitucionalidad de la norma, 380.000 manifestantes, según el Ministerio del Interior de Francia, y un millón y medio, según CGT, han participado en centenares de protestas por todo el país para expresar la firme oposición a esta reforma, que eleva la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. El baile de números entre autoridades y sindicatos se ha replicado en el recuento en las diversas ciudades del país, pero sea como sea, las cifras de récord quedan lejos y se constata que se ha producido una disminución en la afluencia a las protestas, principalmente atribuida al cansancio.
Incidentes en la duodécima jornada de protestas
En París, la Jefatura de la Policía ha contabilizado a 42.000 personas en las marchas, mientras que CGT ha cifrado en 400.000 a los manifestantes. Se han producido algunos incidentes que han dejado a 44 personas detenidas y 10 gendarmes heridos, uno de ellos de "relativa gravedad". Al inicio de la manifestación, un grupo de sindicalistas ha invadido una tienda de lujo LVMH, pero no se han producido incidentes. Más tarde, hacia el final de la marcha, ha habido momentos de tensión en la plaza de la Bastilla, cuando algunos manifestantes han lanzado proyectiles como adoquines o piedras a la policía, y esta ha hecho cargas y ha lanzado gases lacrimógenos para dispersarlos.
En Nantes se han movilizado 10.000 personas, según las autoridades, y 25.000, según los sindicatos. Se han producido enfrentamientos violentos con la policía, ya que los manifestantes han lanzado fuegos artificiales y han quemado mobiliario urbano. En Rennes (6.500 según la policía, 15.000 segundos sindicatos) y en Lyon (9.900 enfrente de 22.000) también se produjeron incidentes, y en esta última un fotógrafo resultó herido durante una carga policial, según ha informado Le Monde.
Con respecto a las huelgas, el escenario de paralización que se vivió los días inmediatamente posteriores a la aprobación de la ley también queda lejos. Todavía se mantienen paros en el transporte ferroviario y, en un grado más bajo, el aéreo. No obstante, esta noche se reanuda una de las vagas más chaladas, la del servicio de recogida de basura.
A la espera del Consejo Constitucional
La manifestación de este jueves se ha producido la víspera antes de conocerse la decisión del Consejo Constitucional, presidido por el ex primer ministro socialista Laurent Fabius, que anunciará al final de la tarde si valida el proyecto de reforma de las pensiones, o si lo censura parcial o totalmente. Este organismo también tendrá que tomar una segunda decisión sobre si admite la iniciativa presentada por la izquierda de impulsar un referéndum de iniciativa compartida (RIP) para que la población emita su opinión sobre la controvertida norma. Si el Consejo Constitucional da luz verde a este referéndum, se abriría la puerta a una nueva batalla de nueve meses que implicaría conseguir el apoyo del 10% del cuerpo electoral —unos 4,87 millones de firmas— para que esta consulta se celebrara.
Thierry, un informático de 60 años afiliado al sindicato mayoritario en Francia, el CFDT, ha explicado a Efe que tiene los ojos puestos en los conocidos en Francia como sages (sabios), los nueve miembros del Consejo Constitucional. "La calle sigue en pie, que todo el mundo sepa que nos oponemos rotundamente a esta reforma, y 'los sabios' no pueden cerrar los ojos ante esta movilización", ha afirmado. En caso de que el organismo valide la constitucionalidad de la ley, Thierry, como muchos de los otros millares de franceses que hace semanas que salen a las calles, tiene esperanzas en el RIP. "Corresponde a la población francesa decidir si queremos o no esta reforma y estoy seguro de que la población se opone, somos más del 70% de la población y del 90% de los trabajadores activos", sostuvo Thierry, que se verá parcialmente afectado por la reforma, ya que tendrá que trabajar 9 meses más si entra en vigor.