Rusia empezó la guerra en Ucrania el pasado 24 de febrero, es decir, hace 176 días. Desde el 2 de marzo, sin embargo, la comunicación con Mariúpol es una odisea. Hasta entonces, las autoridades ucranianas intentaron frenar a las tropas rusas. Después de la rendición de los últimos soldados en la fábrica de Azovstal, la ciudad pasó cambiar de manos. Algunos ciudadanos pudieron huir de la ciudad, otros se quedaron y todavía están atrapados. Desde entonces en la ciudad no hay comunicación móvil, electricidad, calefacción, agua y gas (y si hay, está en pésimas condiciones). La gente cocina el que puede en la calle y también secan la ropa que han lavado como han podido en los patios. La infraestructura civil fue destruida. Según unas cartas publicadas en el canal de Telegram de Mariúpol, las personas que continúan atrapadas en la ciudad malviven en los sótanos. Se calcula que habrían muerto entre 25.000 y 30.000 personas, pero las autoridades creen que bajo los escombros todavía hay cuerpos. Y, por lo tanto, la cifra podría subir.
Las tropas rusas tildan de "liberación" lo que ha pasado en Mariúpol, pero los comentarios en este canal de Telegram son diferentes. Se abrieron centros de ayuda humanitaria; sin embargo, conseguir comida es complicado porque la ayuda que llega no es bastante para todo el mundo. El pasado mes de junio, intentaron arreglar el suministro de agua, pero no ha acabado de arreglarse lo bastante bien. En algunos puntos, el agua acaba en las calles, según relatan. Además, las cloacas no funcionan. La carta también subraya que durante el mes de junio también empezaron a arreglar el suministro de energía eléctrica. Sin embargo, según parece, no estaría disponible para todo el mundo, sino que funcionaría en administraciones o centros de ayuda humanitaria.
En una segunda carta, se destaca que en la ciudad hay trabajo de limpieza de escombros. El escrito destaca que "los que barren las calles se agrupan en 30 personas por metro cuadrado y se les dice que limpien la zona. Estos grupos están cada 300 metros. Les prometen un sueldo, pero no llega nunca. También prometen un reclutamiento humanitario como pago; sin embargo, tampoco lo dan".
Los servicios básicos de limpieza tampoco funcionan. La basura, por ejemplo, no se recoge. Y el vertedero está casi lleno al 100%. El transporte público tampoco es eficiente porque se destruyó completamente. Este segundo escrito resalta que los precios de las tiendas y mercados son 4 veces más altos. Especialmente caros y productos de primera necesidad. Y recuerdan, en este contexto, que la mayoría de gente no ha recibido la pensión. Si antes no funcionaban los hospitales, ahora funcionan cuatro. Pero la carta destaca que no hay bastantes médicos. La comunicación es también complicada. Hay algunos puntos de wifi, pero la conexión no es del todo buena y es posible tener que esperarse una hora para poder conectarse.
En el vídeo se puede ver gente haciendo cola para hacerse con un plato de papillas y consiguiendo agua de cañerías estropeadas / Cedido Ayuntamiento de Mariúpol
Encontrar una vivienda también es una tarea difícil. El 70% de los edificios quedaron estropeados, y aunque Rusia ha destacado que lo reconstruirán todo, algunos empiezan a pensar que reconstruirán sólo lo que les pueda servir para los trabajadores del puerto, por ejemplo.
La reconstrucción de Mariúpol que Rusia prometió
Tener información de primera mano de Mariúpol se ha convertido en una tarea difícil. Mientras de un lado se intenta resaltar el caos y la miseria de una ciudad, de la otra se vende la imagen de la reconstrucción. Sin ir más lejos, se han difundido unas fotografías donde se ven trabajadores reconstruyendo la ciudad. Las fotografías, según informa la misma agencia a Efe, se han hecho en una visita a la ciudad organizada por el ejército ruso. Según habría informado, se están construyendo viviendas que podrían ser el hogar de 2.500 personas, en un complejo de más de un millar de pisos.
Imagen principal: una casa completamente destrozada a Mariúpol / Efe