En el 46º aniversario de la Marcha Verde, operación llevada a cabo por Marruecos para ocupar a través de migrantes el Sáhara Occidental, el rey Mohamed VI ha querido subir el tono contra todos aquellos países que "mantienen posiciones vagas o ambivalentes". En un discurso oficial para conmemorar el aniversario, el monarca ha advertido que su país no mantendrá relaciones comerciales con los Estados que pongan en duda el "carácter marroquí" del Sáhara. "A los que mantienen posiciones vagas o ambivalentes, declaramos que Marruecos no se comprometerá con ellos en ningún planteamiento económico o comercial que excluya el Sáhara marroquí", ha dicho.
Estas declaraciones llegan después de la crisis diplomática con España, después de que este reiterara su posición sobre el Sáhara a raíz de la entrada en el país del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y de las sentencias del Tribunal General de la UE, que anularon el acuerdo pesquero entre el bloque de los 27 y el reino alauí por incluir el Sáhara Occidental.
"El carácter marroquí del Sáhara es una verdad tan perdurable como inmutable. La legitimidad de nuestra causa está validada por los anales de la historia, porque tal es el deseo profundo y ardiente de la población saharaui y finalmente porque el reconocimiento internacional lo confirma", ha reivindicado el rey marroquí.
El as del reconocimiento de Trump
Así pues, y consciente de que ni España ni el resto de países europeos avalan la ocupación sobre el Sáhara, el monarca ha sacado a relucir el reconocimiento que los Estados Unidos de Donald Trump le otorgaron sobre la nación saharaui y que la administración del demócrata Joe Biden ha mantenido.
"La decisión soberana de los Estados Unidos de América de reconocer la soberanía plena y total de Marruecos sobre su Sáhara es un motivo de orgullo para nosotros", ha destacado sin mencionar, sin embargo, que el gesto fue a cambio que su país restableciera relaciones con Israel, cosa que ha generado malestar dentro del mismo país.
Para Mohamed VI, el movimiento de los norteamericanos "confirma el carácter irreversible del proceso político en curso: poner en marcha una solución final basada en la Iniciativa de Autonomía, bajo soberanía marroquí".
Tergiversando a la ONU
Y en este marco ficticio el monarca ha situado la ONU. "El carácter marroquí nunca estará al orden del día de ninguna negociación. Si entablamos negociaciones es principalmente para conseguir una solución pacífica de este conflicto regional artificial. Sobre esta base reafirmamos el compromiso de Marruecos con el proceso político liderado por la ONU", ha afirmado.
Sin embargo, las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas no dicen eso, sino que afirman que el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo pendiente de ser descolonizado cuya potencia administradora es España. La solución, dice el ente internacional, pasa por un referéndum de autodeterminación, por lo que el carácter marroquí del Sáhara no está ni reconocido ni mucho menos es algo intocable.
Con respecto al conflicto con Argelia, que se ha agravado desde que el Polisario dio por roto el alto al fuego el pasado mes de noviembre y ha entrado en un punto de máxima tensión con la muerte de ciudadanos argelinos por parte de un ataque aéreo del reino alauí, Mohammed VI no lo mencionó. De hecho, el rey expresó su deseo a los "cinco pueblos magrebíes de obtener mayor desarrollo y prosperidad en el seno de la unidad y la estabilidad".