Más del 25% del territorio del Líbano se encuentra bajo órdenes de evacuación del ejército israelí y sus habitantes han sido forzados a abandonar su casa, ha dicho este martes la directora para el Oriente Medio de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Rema Jamous Imseis.
Solo la víspera, una veintena de pueblos del sur del Líbano se vaciaron por órdenes de Israel y la gente tuvo que escaparse sin poder llevarse prácticamente nada", ha declarado a la prensa internacional en Ginebra. Imseis visitó la semana pasada la frontera entre el Líbano y Siria, donde han cruzado 285.000 personas en tres semanas de bombardeos israelíes, según las cifras que mencionó.
Los refugios, al límite
Los refugios están entre las prioridades más urgentes en el Líbano, ya que del millar que ha instalado el gobierno (el 70% en los colegios), 800 han llegado al máximo de su capacidad, mientras que todavía se trabaja en estas instalaciones para dotarlas del equipamiento y servicios mínimos, como agua y saneamiento básico. Los establecimientos médicos también han sufrido el impacto del conflicto y de los 200 centros de atención primaria que funcionaban en las áreas directamente impactadas por los bombardeos israelíes, la mitad "han sido forzados a cerrar las puertas", ha indicado Imseis.
Las hostilidades han causado la muerte de más de 2.200 personas, han herido unas 10.000 y han causado el desplazamiento forzoso de más de un millón de personas, un hecho que equivale a una quinta parte de la población total del país. Imseis visitó hace unos días la frontera entre el Líbano y Siria, donde han cruzado 285.000 personas (70% sirios y el resto libaneses) en tres semanas de bombardeos israelíes, según las cifras que mencionó.
"La situación a los diversos pasos fronterizos es muy crítica, pero hablamos de la principal arteria que conecta los dos países y que fue bombardeada por Israel hace una semana, dejando un gran cráter", comentó. La representante de ACNUR dijo haber visto numerosas personas bajando de vehículos y caminando hacia el cráter, "luchando con niños encima y con muy pocas pertenencias por cruzar la zona, entrar en territorio sirio y ponerse fuera de peligro".
"Las escenas eran verdaderamente dramáticas. Había mujeres, muchas mujeres con varios hijos, y personas mayores que habían huido literalmente con lo que llevaban puesto y caminado diez horas, que si ya es mucho para un adulto, hay que imaginarse cómo sería llevando varios niños detrás", habría relatado. Sostuvo que los voluntarios de la Media Luna Roja Siria son los que ayudan a estas personas a cruzar el cráter (ubicado en "tierra de nadie" entre el Líbano y Siria), a cargar a los bebés y atienden sus necesidades.