Estos días está teniendo lugar el hajj, la gran peregrinación que hacen los musulmanes a la Meca en el último mes de su calendario. Sin embargo, las altas temperaturas que asolan Arabia Saudí han dejado, por ahora, más de 550 peregrinos muertos, según informa The Guardian. En los últimos días se han superado los 50 °C en la zona, lo que sumado a las aglomeraciones y las exigencias del propio ritual de peregrinaje han dejado centenares de muertos y 2.000 personas atendidas por golpes de calor. Algunos peregrinos han afirmado haber visto cuerpos inmóviles cerca de la carretera y servicios de ambulancia desbordados. Unos 1,8 millones de peregrinos han participado en el hajj de este año, 1,6 millones de ellos procedentes del extranjero, según las autoridades saudíes.

Personas de todo el mundo viajan a la Meca para realizar el hajj, sin embargo, la mayoría de las víctimas hasta el momento son egipcias. Concretamente, 323 de los muertos eran egipcios y todos murieron por enfermedades relacionadas con el calor, según han declarado a AFP dos diplomáticos. También se han reportado 60 jordanos muertos, 35 tunecinos y 11 iraníes. Las cifras bailan constantemente y las autoridades esperan que aumenten, ya que otros Estados han denunciado la muerte de sus ciudadanos, pero no han facilitado datos concretos.

Las temperaturas alcanzaron el lunes los 51,8 °C en la Gran Mezquita de la Meca, según los servicios meteorológicos saudíes. Las altísimas temperaturas no han cogido por sorpresa ni a las autoridades saudíes ni los propios peregrinos, que ya estaban alertados. Desde hace días que los funcionarios de Arabia Saudí han aconsejado a los peregrinos que utilizaran paraguas, bebieran mucha agua y evitaran la exposición al sol durante las horas más calurosas del día. Pero muchos de los rituales del hajj, incluidas las oraciones en el monte Arafat que tuvieron lugar el sábado, implican estar al aire libre durante horas durante el día.

La sombra del cambio climático

El fuerte calor que se ha vivido en la Meca supera la normalidad incluso para una zona desértica y es que se trata de uno de los territorios más castigados por la crisis climática. Según un estudio saudí publicado el mes pasado, el peregrinaje cada vez se verá más afectado por el calentamiento global, ya que se calcula que las temperaturas en la zona donde se realizan los rituales aumentaban 0,4 °C cada década. Es decir, temperaturas de más de 50 °C como las vividas este año se pueden convertir en un hecho recurrente.

En las últimas horas, la ligera lluvia que ha caído en la zona han servido para bajar las temperaturas de los 49-51 °C a los 38 °C. Se trata de temperaturas todavía de riesgo, pero lejos de las abrasadoras que las han precedido, y suponen un pequeño respiro para los centenares de miles de peregrinos que se encuentran en la Meca.