Más nervios de los que se querrían tener en el Kremlin. El proceso de aprobación del presidente ruso, Vladímir Putin, de anexionarse cuatro regiones de Ucrania es la nueva odisea rusa. Pero claro está, resulta que Moscú no tiene el control total de estas regiones y no se han establecido los límites exactos de territorios que intenta absorber. Las formalidades, pues, contrastan bastante con los movimientos que hay sobre el terreno. En este sentido, tal como señala la CNN, Rusia controla solo un 56,8% de la región de Donetsk, un 71,5% de la región de Zaporiyia, un 82,5% de la región de Jersón y un 99,7% de la región de Lugansk.

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"Lo que está pasando sobre el terreno está pasando tan rápidamente que es difícil especular sobre el futuro inmediato", explica el director del Centro Havighurst de Estudios Rusos y Post-Soviéticos de la Universidad de Miami, Stephen Norris. "Parece lo bastante claro, sin embargo, que la orden de movilización parcial de Putin, las elecciones falsas en los territorios ucranianos ocupados y la anexión ilegal de estos territorios ucranianos han fracasado de manera estrepitosa", destaca en conversación con ElNacional.cat. Pero todo es volátil. "Mientras estamos hablando, el ejército ruso está huyendo y el Kremlin ya ha tenido que admitir que la situación en estos territorios está descontrolada". Así recuerda las palabras del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. "Ha declarado que Rusia tendrá que consultar con las personas que viven en Jersón y Zaporiyia cuáles sueño sus fronteras. Como el ejército ucraniano ha recuperado Liman dentro de uno del territorio ocupado, parece claro que el objetivo principal de la anexión de Putin, asustar a Ucrania y hacer que entre en vigor la movilización militar, ha fracasado".

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En este sentido, destaca también la cantidad de rusos que han abandonado el país desde el anuncio de la movilización militar parcial. "Los nuevos reclutas no tienen suficiente entrenamiento o equipo. Putin todavía intentará escalar la guerra –esta es su tendencia– y tenemos que continuar preocupados por sus amenazas nucleares". De esta manera, constata que "el Kremlin está planeando una guerra prolongada: también ha seguido insistiendo en que esta guerra es existencial, una amenaza a la misma existencia de la misma Rusia".

¿Por qué Kazajistán no reconoce los nuevos territorios anexionados?

A simple vista, puede sorprender que Kazajistán no reconozca estos territorios anexionados, pero todo tiene una explicación. "Si los líderes rusos están dispuestos a anexionarse partes de Ucrania y declararlas parte de Rusia para siempre, los líderes de Kazajistán podrían preocuparse por la región del norte de su país, de población mayoría rusa", puntualiza. "Por otra parte, es una sorpresa. No han pasado ni 9 meses desde que Rusia envió tropas a Kazajistán para ayudar a poner fin a las protestas que afectaron al país".

En este contexto, recuerda que a la votación de la ONU el pasado 2 de marzo se condenó la guerra en Ucrania. Solo Bielorrusia, Eritrea, Corea del Norte, Rusia y Siria votaron en contra. Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán se abstuvieron y Turkmenistán y Uzbekistán se consideraron ausentes".

Así, insiste en que "estas abstenciones y ausencias no son votos". Ahora bien, subraya que "las tensiones entre Kirguistán y Tayikistán, así como Armenia y Azerbaiyán son una prueba más de la debilidad rusa en este momento: Rusia no puede negociar nada en estas regiones".

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, durante la celebración de la anexión de los territorios ocupados / Efe