La primera ministra británica, Theresa May, ha endurecido su discurso contra los independentistas escoceses. En un discurso ante el congreso del Partido Conservador en Glasgow, la primera ministra ha acusado al Scottish National Party (SNP) de poner por delante el objetivo independentista, antes de las necesidades del pueblo escocés.
May ha hecho una clara defensa de la unidad del Reino Unido, que ha marcado como una "prioridad personal", y ha acusado a los independentistas escoceses de estar "obsesionados" con la independencia. "La política no es un juego y el Gobierno no es una plataforma para perseguir obsesiones constitucionales", ha reivindicado la premier.
Además, ha asegurado que "no existe ninguna base económica" para dividir el Reino Unido, y ha acusado al gobierno escocés de hacer una gestión "negligente" de la educación, haber provocado un "fracaso absimal" en política agrícola y de haber arruinado el servicio público de salud.
En un discurso marcado por las consignas unionistas, May ha defendido la necesidad de seguir unidos después del Brexit: "Somos cuatro naciones, pero en el corazón somos sólo un pueblo". "La solidaridad es el esencia de nuestro Reino Unido y la mejor salvaguardia de su futuro", ha manifestado la cabeza del ejecutivo británico.
El SPN la tacha de "hipócrita"
Ante estas duras acusaciones, sin embargo, los independentistas escoceses no han callado, y han salido en defensa de su gestión. El número dos de SNP, Angus Robertson, ha tachado a May de "hipócrita" y ha denunciado que es ella quien "está amenazando directamente la ocupación y la subsistencia en Escocia", con su "obsesión" por un 'Brexit duro'.
Además, Robertson ha recordado que después del Brexit, donde los escoceses votaron en un 62% en contra de la separación, el SNP "tiene el deber de defender Escocia, y de tener un plan por proteger las intereses nacionales vitales". Además, después de las últimas amenazas de nuevo referéndum de independencia si Londres no acepta sus peticiones por el Brexit, Robertson ha recordado que "las encuestas indican que hay una mayoría a favor de un referéndum de independencia vinculado al Brexit, mientras que menos de un cuarto del electorado se opone a la celebración una consulta.