El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, encara su tercero mes en el poder con un suspenso en las encuestas y la desafección de sus votantes en las elecciones del noviembre pasado empieza a aflorar. Personas que dieron su confianza al magnate han expresado este viernes su rechazo a los despidos masivos, el desmantelamiento del departamento de Educación y los recortes en general que caracterizan la segunda etapa del magnate en la Casa Blanca. Los síntomas de arrepentimiento han surgido durante una asamblea pública en Tucson, Arizona. Michael Brown, un republicano que trabaja en el departamento de Servicios Postales del país, ha asegurado a EFE que ahora mismo no habría depositado la papeleta dando apoyo a Trump en la urna: “Sí, me arrepiento de votar por Trump”.

Las asambleas públicas son habituales por todo el país y suelen estar convocadas por congresistas de los dos partidos, demócratas y republicanos. En este sentido, empieza a ser evidente la indignación de varios sectores contra Trump y Elon Musk, su encargado de reducir el aparato gubernamental. Brown ha admitido que nunca se imaginó la magnitud del caos que provocaría al magnate en sus primeros días de gobierno. “Nos prometió mejorar la economía, que bajarían los precios, y nada de eso está pasando, sino al contrario, temo que las cosas serán mucho peores”, ha dicho. El empleado federal tiene miedo de convertirse en una de aquellas personas que entran en la lista de recortes de puestos de trabajo federales, ya que el servicio postal de los EE.UU. también se encuentra en la mira de Musk.

El encuentro de este viernes ha sido organizado por el senador demócrata Mark Kelly, el cual ha acusado a la administración Trump de querer recortar Medicaid —un programa público de seguros de salud para la gente necesitada— para beneficiar fiscalmente a los ricos y las grandes empresas. Entre lágrimas, algunos de los asistentes han explicado a Kelly la manera como los recortes masivos en Medicaid afectarían a sus vidas. “Es alarmante lo que está pasando, el presidente Trump tiene que entender que está jugando con las vidas de muchas personas, especialmente aquellos que son incapacitados como yo,” ha declarado Rita Pérez a EFE. El impacto sería devastador para aquellas familias de bajos recursos que dependen del programa de salud pública para recibir atención médica. Madres y padres han avisado al senador de situaciones extremas en que sus hijos dejarían de recibir terapias y asistencia social.

Ahora bien, el enfado de los votantes no solo es contra Trump, Musk y los republicanos, sino también contra los demócratas porque «no hacen lo suficiente» para frenar las acciones del magnate. Ante el cuestionamiento, Kelly ha asegurado que “estamos haciendo nuestro trabajo, estamos luchando muy duro”. El senador ha dicho a los asistentes que la “unión hace la fuerza” y les ha recomendado que lo mejor que pueden hacer es contactar con sus representantes y expresar su oposición a estos recortes. Asimismo, el congresista ha criticado a los republicanos que han cancelado asambleas públicas por el miedo a hacer frente al disgusto de los votantes.

“A Trump solo le importan los millonarios”

Por su parte, Henry Trejo, veterano de guerra, ha sido contundente en su diagnóstico sobre el rumbo de la administración republicana. “A Trump no le importa la gente, solo le importan los millonarios”, ha declarado, expresando su desencanto con las políticas económicas del presidente. Trejo ha señalado que, paradójicamente, algunos de los votantes latinos que dieron apoyo al magnate ahora “lloran” al ver cómo sus expectativas se desploman ante la pérdida de puestos de trabajo y prestaciones sociales. “Votaron por Trump, pero no por esto”, ha ironizado. El republicano consiguió embolsarse el 45% del voto de origen latino, una cifra histórica 10 puntos por encima de los resultados de las anteriores elecciones. Con todo, Trejo ha advertido que la indignación no tendría que ir solo dirigida hacia los republicanos, sino también hacia los demócratas, a los cuales ha reclamado una oposición más firme. “Se tienen que poner más duros, tienen que hacer más asambleas públicas para que la gente sepa que todavía se pueden hacer cambios”, ha insistido.