Médicos Sin Fronteras ha ganado el pulso a Giorgia Meloni para desembarcar más de 200 migrantes en Italia, después de las polémicas llegadas selectivas impuestas por el gobierno de ultraderecha. La ONG ha conseguido que las autoridades italianas vuelvan a evaluar el estado psicológico de los náufragos y que, finalmente, permitan su desembarque. El jefe de la misión de rescate, Juan Matías Gil, ha anunciado este martes la noticia con "gran alivio" después de una larga jornada.
El barco humanitario Geo Barents llegó al puerto italiano de Catania el pasado 5 de noviembre, con 572 migrantes a bordo. El ejecutivo de extrema derecha autorizó solo el desembarque de aquellas personas consideradas "vulnerables": mujeres, menores y enfermos. Así pues, las autoridades italianas llevaron a cabo una evaluación psicológica para ver quién se encontraba en esta situación de vulnerabilidad. Es por eso que 215 náufragos tuvieron que permanecer en la nave, para ser devueltos a aguas internacionales. Situación que ahora ha cambiado, ya que Médicos Sin Fronteras (MSF) ha conseguido que desembarquen todas las personas.
Salvini contra las ONG
La ONG había pedido una segunda evaluación psicológica de los migrantes porque había estallado un brote de sarna, motivo por el cual habían proliferado los ataques de pánico y otros problemas mentales. Las autoridades italianas han accedido a esta segunda evaluación, han constatado la vulnerabilidad de estas personas y han permitido su desembarque, después de casi doce horas de "extenuantes" exámenes. Todo son hombres de Pakistán, Bangladés, Egipto y Siria, que han recibido con alegría la noticia. Quien también se ha mostrado feliz han sido el jefe de la misión de rescate y el grupo de una treintena de activistas que se han personado cada día en el puerto para pedir "la liberación" de todos los náufragos. Falta por resolver ahora dónde serán trasladados, aunque no se descarta que acaben en el Palacio de Deportes de Catania — donde están los migrantes aceptados en el primer "desembarco selectivo".
Los "desembarques selectivos" forman parte de una estrategia impulsada por el vicepresidente y ministro de Infraestructuras, el también ultraderechista Matteo Salvini (Liga). Como tiene competencias portuarias, Salvini sacó adelante un decreto para dificultar las tareas de las ONG. El argumento que utiliza el neofascista italiano es que estas entidades supuestamente fomentan la inmigración ilegal desde el norte de África. Pero en esta ocasión el pulso lo ha ganado MSF, que ha conseguido el desembarque de todas las personas del barco humanitario Geo Barents.