Si bien estaba apartada de los focos y solo se la ha sentido recientemente en la gira internacional para promocionar sus memorias, la excanciller alemana (2005-2021) Angela Merkel ha salido momentáneamente de su retiro político este jueves y lo ha hecho de una manera sorprendente que con toda probabilidad traerá cola en su país. Si bien ha declinado en entrevistas recientes emitir juicios sobre cuestiones de la política alemana actual, para que el foco esté en los protagonistas que han sucedido a su liderazgo de casi dos décadas, la ocasión la ha empujado a ello. Merkel ha criticado de manera frontal al actual líder de su partido —la democristiana CDU—, Friedrich Merz, por haber incumplido sus promesas y haber pactado con la extrema derecha, lo que hasta ahora había sido una línea roja dada la historia de Alemania.

La CDU de Merz ha sacado adelante diversas políticas migratorias valiéndose el respaldo del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), una formación en auge en el país durante los últimos años —han ganado algunas elecciones regionales y las encuestas los sitúan como segunda fuerza a nivel federal— y que está siempre en el punto de mira por sus postulados contrarios a la inmigración, especialmente con respecto a los musulmanes, y los vínculos de algunos de sus miembros con grupos neonazis. En concreto, el Bundestag ha aprobado con los votos de la CDU, AfD y los liberales del FDP que se pongan en marcha controles fronterizos permanentes y que se "rechacen todos los intentos de entrar ilegalmente en el país sin excepción". El texto también tilda la política migratoria europea de "disfuncional" y apuesta por bloquear las demandas de asilo. Merz ha justificado que "ante la disyuntiva de seguir observando impotentes cómo la gente en nuestro país es amenazada, herida y asesinada o hacer lo que es irrefutablemente necesario en la materia, decidimos estar a favor del segundo". 

En respuesta a estos hechos, Angela Merkel se ha desmarcado de la decisión de la actual dirección del partido y ha emitido un comunicado en el que recuerda que Merz se comprometió el noviembre pasado en sede parlamentaria a tender puentes con el Partido Socialdemócrata del canciller Olaf Scholz y Los Verdes para así evitar a AfD. La excanciller cree que sería un "error" no sentirse ahora obligado a cumplir una declaración que considera "de gran responsabilidad política". En este sentido, ha lamentado en su nota que "por primera vez" y con "los ojos abiertos" una iniciativa salga adelante con los votos de los diputados ultraderechistas. Por ello, ha apelado a los "partidos democráticos" para que aparquen sus intereses electoralistas y apuesten por la moderación y por el respeto a las leyes europeas. Incluso a la hora tomar medidas para evitar "terribles" ataques como los registrados en los últimos meses en Alemania y cometidos presuntamente por personas de origen extranjero.

Merz prometió cero cooperación con AfD bajo amenaza de expulsión del partido

El propio Merz lamentó el miércoles que las dos votaciones celebradas en el Bundestag saliesen adelante gracias a la AfD, alegando que no buscaba "ninguna otra mayoría" que no fuese con el "centro democrático". Las votaciones no son vinculantes, en la medida en que el Gobierno no tiene que acatarlas, pero han agitado el debate político de cara a las elecciones anticipadas del 23 de febrero. Lo cierto es que el actual líder democristiano se comprometió cuando asumió el puesto para relevar a Merkel a mantener el cordón sanitario para aislar a AfD: "Quien alce la mano para proponer cooperar con AfD se encontrará al día siguiente con un proceso de expulsión" dijo en 2021. Esta era la línea de Merkel, quien es muy criticada por la extrema derecha a raíz de su política de puertas abiertas para acoger a los refugiados sirios por "humanidad", tal como la excanciller ha defendido siempre.