La canciller alemana Angela Merkel ha defendido fuertemente las medidas actuales contra la Covid-19 aplicadas a Alemania y que empiezan a aplicarse desde este lunes. De momento, las restricciones -cierre de bares, restaurantes, gimnasios, teatros y cines- se aplicarán durante un mes, pero Merkel no descarta que se tengan que prolongar. El 16 de noviembre se volverán a reunir los primeros ministros de cada land del país y analizarán los resultados de las medidas. El objetivo es desacelerar los contagios. De momento, hay 120 contagios semanales por cada 100.000 habitantes y el objetivo de Merkel es que sean 50.
Llamamiento a la responsabilidad
Durante una rueda de prensa, Merkel ha recordado a los sectores que protestan en contra de las restricciones que el sistema sanitario se acerca a su "límite humano y estructural" y que eso es una cosa que ningún gobierno tendría que permitir y que ella, de hecho, no lo permitirá. "Hemos considerado si hay un camino menos drástico y no lo hemos visto. Por eso, con dolor, hemos optado por tomar estas medidas".
Enfrente de los más críticos con las restricciones, Merkel apela a la razón y asegura que "todo el mundo conoce a alguien que pertenece a un grupo de riesgo al que querríamos proteger". Además, ha apuntado al hecho que Alemania que otros países europeos han tenido que aplicar medidas mucho más duras.
Récords de contagios
El país sufre durante las últimas semanas una aceleración en los contagios nunca antes vista desde el inicio de la pandemia. Este pasado sábado, se llegó a un nuevo récord, 19.059 nuevos contagios.
Por esta razón, Merkel reivindica la necesidad de aplicar las medidas y aunque se muestra empática con el cansancio de la población pide resiliencia. Según ha asegurado en la comparecencia, tiene esperanza en que las medidas obtengan rápidamente resultados.