Este jueves era el gran día señalado en rojo en el plan| de la misión Polaris Dawn. Al cumplirse el tercer día de los cinco previstos en el espacio, la tripulación formada por el comandante Jared Isaacman, que también es quien financia el programa; el piloto Scott Kidd Poteet y las ingenieras Anna Menon y Sara Gillis se enfrentaban al momento más arriesgado y significativo de la misión: la primera caminata privada y realizada por astronautas civiles ajenos a una agencia espacial gubernamental de la historia de las misiones espaciales. El momento esperado de la llamada actividad extravehicular (EVA) se ha realizado con éxito y Polaris Dawn ha culminado su objetivo cuando Isaackman y Gillis han completado por turnos la caminata durante los 20 minutos previstos, conectados por cuerdas de seguridad de 3,5 metros a la cápsula Resilience del modelo Crew Dragon de SpaceX. El hito se ha podido ver en directo a través de varias cámaras colocadas dentro y fuera de la cápsula.
Isaacman hace historia
Con un retraso de tres horas sobre el horario previsto, la tripulación se ha dispuesto a llevar a cabo la primera actividad extravehicular comercial (EVA) a 700 kilómetros sobre la Tierra. A diferencia de las caminatas espaciales a la Estación Espacial Internacional, la cápsula Crew Dragon no tiene una esclusa de aire. Por lo tanto, toda la cápsula se ha despresurizado completamente y ha sido expuesta al vacío espacial durante la caminata, cosa que representaba un desafío adicional y único para esta misión. Una vez se han realizado las últimas comprobaciones de los distintos sistemas espaciales, de os trajes espaciales, se ha cambiado a un flujo de oxígeno puro y se han rotado los asientos para faciitar la salida, el comandante Isaacman ha abierto la escotilla de la cápsula Resilience, lo que marcaba el inicio oficial de la caminata espacial. El comandante Jared Isaackman ha sido el primero en salir por la escotilla ubicada en la cúpula de la cápsula Resilience a las 12.50 y sobre las 13.05 lo ha hecho la empleada de Space X Sarah Gillis.
Pruebas del traje espacial
Los dos tripulantes escogidos para hacer historia han realizado pruebas de movilidad del traje espacial, lo que se ha producido mientras la Dragon volaba entre Australia y la Antártida. Mientras, los otros dos tripulantes, el piloto Kidd Poteet y la empleada de Space X Anna Menon, ingeniera y especialista médica, han seguido en todo momento los movimientos de sus compañeros desde el interior de la nave y han estado muy pendientes de que les llegara el soporte vital a través de sus trajes.
La caminata también debía servir para probar los nuevos trajes espaciales de actividad EVA diseñados por SpaceX, mejorados del actual traje intravehicular (IVA). La viabilidad de estos nuevos trajes, que son más ligeros y diseñados para ofrecer una mayor movilidad que los trajes convencionales, es muy importante para desarrollar un diseño escalable para trajes espaciales en futuras misiones de larga duración, como los que requerirían una futura base a la Luna y una ciudad en Marte, que son objetivos a largo plazo de SpaceX, la compañía del magnate Elon Musk.
Emerger de la cápsula
La caminata ha sido menos espectacular de lo previsto, porque no ha consistido en un paseo de película con los astronautas flotando por el espacio, alejados completamente de la cápsula y únicamente conectados por el cable de seguridad. Ambos astronautas han mantenido en todo momento el contacto con la Resilience, sujetados a las ayudas de movilidades llamados Skywalker. De hecho, la caminata ha consistido en emerger de la cápsula, con medio cuerpo en el espacio, realizar movimientos verticales con el dispositivo Skywalker y una prueba de sujeción de pies.
En cualquier caso, Isaackman y Gillis se han convertido así en los primeros civiles que realizan una caminata espacial, 59 años después de que lo hiciera el primer ser humano, el cosmonauta soviético Alexei Leonov, que entró en la historia el 18 de marzo de 1965, en plena carrera espacial entre la Unión Soviética y Estados Unidos. La primera caminata de la historia no estuvo exenta de dificultades y llena de suspense, porque el vestido de Leonova se hinchó como un globo debido a la falta de presión atmosférica, dificultando su reentrada en la nave, y para solucionar el problema tuvo que purgar el aire a través de una válvula, arriesgándose a quedarse sin oxígeno. Además Leonov experimentó efectos de descompresión como hormigueo en piernas y manos y al devolver a la cápsula su temperatura corporal aumentó, empañándose su casco y dificultando la visión.
Los otros objetivos conseguidos
Esta caminata espacial histórica no es el único objetivo de la misión Polaris Dawn. Durante los primeros dos días de misión ya se consiguieron otros hitos. La nave Crew Dragon Resilience consiguió una altitud máxima de 1.400,7 kilómetros sobre la superficie terrestre que supuso el punto más alto al que han llegado los seres humanos desde el programa Apolo, hace más de 50 años, y que también supone un récord de altitud para una misión orbital tripulada. Además, Sara Gillis y Anna Menon se convirtieron en las mujeres que han viajado más lejos de la Tierra, superando al astronauta de la NASA Kathryn Sullivan, quien a bordo de un transbordador espacial llegó hasta unos 621 kilómetros en 1990. Además, estas ingenieras son las primeras empleadas de SpaceX a viajar al espacio.
Con respecto a la investigación científica, la tripulación también entró en el primer cinturón de radiación de Van Allen que rodea la tierra, y han hecho experimentos para evaluar los efectos de la radiación espacial en el cuerpo humano y los sistemas de la nave. Se estima que la radiación recibida es equivalente a la que reciben los astronautas durante una estancia de varios meses a la Estación Espacial Internacional. Esta exposición a altos niveles de radiación en un corto periodo de tiempo es uno de los aspectos más arriesgados de la misión.