Ha llegado el día. El primer ministro de la India, Narendra Modi, se convertirá este viernes en el primer gran líder del llamado Sur Global en viajar a Ucrania desde el comienzo de la invasión militar rusa. Según parece, la visita tiene como prioridad para el líder asiático explorar las perspectivas de una salida negociada al conflicto entre Kyiv y Moscú.

El viaje de Modi a Kyiv se produce más de un año y medio después de que el gobierno ucraniano se marcara como prioridad diplomática ganarse el apoyo de las potencias emergentes de Asia, África y América Latina, una estrategia que no ha dado hasta ahora los resultados esperados. Tal como recuerda Efe, las constantes invitaciones del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no han servido de demasiado porque, hasta ahora, Kyiv no ha conseguido convencer a los principales líderes de estas regiones para que lo visiten o lo reciban.

Ni el presidente de China, Xi Jinping, ni el del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se han reunido hasta ahora con Zelenski, que aspiraba que estos países se distanciaran de Rusia o ejercieran sobre el Kremlin cierta presión para poner fin a la guerra o contener, cuando menos, las acciones de Moscú contra Ucrania.

La visita de Modi: ¿una victoria diplomática de Ucrania?

La visita de Modi en Kyiv prevista para este viernes es, a priori, la primera gran victoria de esta estrategia diplomática ucraniana, pero el presidente indio será recibido con Zelenski sin haber renunciado a la relación privilegiada con Moscú. Según publican medios especializados este mismo jueves, y que recoge Efe, la India ha superado la China como principal comprador de crudo ruso, cosa que hace de Nueva Delhi una de las principales fuentes de financiación de la maquinaria de guerra rusa, en un contexto de sanciones occidentales contra los hidrocarburos de Rusia.

La buena sintonía entre Modi y el presidente ruso, Vladímir Putin, quedó de manifiesto el 9 de julio pasado, cuándo el líder indio abrazó efusivamente a su anfitrión en Moscú justo unas horas después de que Rusia lanzara un bombardeo masivo contra Kyiv que dejó más de cuarenta muertos. Evidentemente, el abrazo no dejó indiferente a nadie. El mismo Zelenski se refirió entonces al cálido encuentro de Modi con Putin como "una gran decepción y un golpe duro a los esfuerzos de paz".

Después de la invasión rusa de Ucrania, y a pesar de la presión de sus socios de Occidente, Nueva Delhi se convirtió en el mercado del petróleo ruso mayor después de aprovechar los descuentos ofrecidos por Moscú para hacer frente a las sanciones internacionales, destacaba Efe. El enlace entre las dos potencias se hizo estrecho durante la Guerra Fría, cuando Moscú fue casi el único proveedor de armas de Nueva Delhi, suministrando hasta el 85% de las adquisiciones de defensa, una dependencia que el país asiático todavía no ha conseguido revertir.

La amistad entre Putin y Modi

Modi, que lidera la democracia mayor del mundo, ha dado apoyo a Putin al convertir la India en uno de los pocos clientes leales del petróleo y el gas rusos durante la guerra de dos años en Ucrania. Durante la visita del mandatario indio en Rusia, se dijo que los dos países estaban negociando para que Moscú construya seis nuevos reactores nucleares de alta potencia a la India, así como pequeñas centrales nucleares de próxima generación. A pesar de todas las controversias sobre la energía nuclear, se trata de una forma de energía que no emite emisiones de carbono y que se está convirtiendo rápidamente en parte de la respuesta de muchos países a la crisis climática.

Este dominio en materia de energía nuclear ayuda a Putin a conservar su posición en el escenario mundial, aunque los Estados Unidos y Europa lo rechazan por|para la guerra. Y Modi claramente se mantiene fiel a la tradición de la India de una política exterior no alineada, que permite comerciar con Rusia sin dejar de ser amigo de Occidente.

Así pues, el abrazo entre los dos líderes demostraba que la amistad había llegado para quedarse. La profundización de la cooperación nuclear, con seis plantas más, unirá las dos naciones durante décadas. La construcción de las plantas se puede hacer en años, pero también requieren mantenimiento regular, mejoras tecnológicas y un aprovisionamiento continuo de uranio, del cual Rusia dispone en abundancia. No lo tendrá fácil, Zelenski, para poner esta amistad en riesgo.