La actual presidenta pro-occidental Maia Sandu ha ganado un segundo mandato a las elecciones presidenciales de Moldavia, según han demostrado los resultados preliminares, hecho que supone un impulso significativo para las aspiraciones del país de integrar la UE y un claro portazo en Moscú. La segunda vuelta electoral fue vista como un indicador crucial de si la alineación geopolítica a largo plazo del país será con Rusia o con Europa.
El actual presidente pro-occidental, Sandu, que ha intensificado los esfuerzos del país por alejarse de la influencia de Moscú, se enfrentó al recién llegado político amigo del Kremlin, Alexandr Stoianoglo, del Partido Socialista, a la segunda vuelta de votación domingo. Según la Comisión Electoral Central, con el 98% de los votos escrutados, Sandu encabezaba la lista con el 54,35%. Los analistas afirman que, como todavía quedan pendientes de votación partes del voto de la diáspora, Sandu tiene prácticamente garantizada la reelección.
Los primeros resultados han indicado que la gran diáspora moldava, que representa en torno al 20% del electorado, votó abrumadoramente por Sandu. El resultado será un impulso significativo para Sandu y su agenda a largo plazo en la UE. En su discurso de victoria, pronunciado después de que se hubieran explicado casi todos los votos, Sandu ha dicho que había escuchado las voces de sus partidarios y las de su oponente, Stoianoglo. Ha dicho que su principal objetivo para los próximos años sería ser una presidenta para todos los ciudadanos. "Hoy, queridos moldavos, habéis dado una lección de democracia, digna de ser escrita a los libros de historia... La libertad, la verdad y la justicia han prevalecido", ha destacado y recoge el The Guardian.
Moldavia mira hacia Europa
La posición de Sandu se ha visto debilitada después de un referéndum que ella misma había iniciado, en el que se preguntaba a los moldavos si daban apoyo a la integración en la UE, que fue aprobado por un margen mínimo el 20 de octubre. El referéndum se celebró simultáneamente con la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en las que Sandu recibió el 42% de los votos, pero no consiguió una mayoría absoluta.
El resultado de las elecciones será bien recibido en Bruselas una semana después de que Georgia, otro exestado soviético que esperaba unirse a la UE, reeligiera a un partido considerado por la mayoría de los países como cada vez más amigable con Moscú y autoritario. Este domingo por la noche, la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, ha felicitado Sandu por su victoria en la reelección y por el "futuro europeo" del país. "Se necesita una fuerza poco común para superar los desafíos que han enfrentado en estas elecciones. Me alegra seguir trabajando con ustedes por un futuro europeo para Moldavia y su gente", ha escrito Von der Leyen en X.
La UE ha prometido un paquete plurienal de 1.800 millones de euros para Moldavia para ayudarla en el proceso de adhesión que el país inició oficialmente a junio. Sandu se ha comprometido a "trabajar día y noche" para que Moldavia se integre en la UE en el 2030. Desde la disolución de la Unión Soviética, Moldavia ha oscilado entre posiciones pro-occidentales y prorrusas, pero bajo la dirección de Sandu, exasesor del Banco Mundial, el empobrecido país ha acelerado sus esfuerzos por escapar de la órbita de Moscú mientras continúa la guerra a la vecina Ucrania.
Tanto las rondas de elecciones presidenciales como la votación del referéndum de la UE se vieron empañadas por acusaciones de interferencia rusa. Durante meses, Sandu y sus aliados han acusado a Rusia y sus representantes de liderar una campaña a gran escala que incluye compra de votos y desinformación para influir a las elecciones.