Los votantes de Moldavia votarán el domingo en dos votaciones cruciales, que han sido consideradas como las más consecuentes de la historia postsoviética del país. Uno es para la presidencia, el otro un referéndum sobre la eventual pertenencia a la Unión Europea; ninguno de las dos parece fuera de peligro de la intromisión prorruso. A algunos de los que han votado se les ha ofrecido la oportunidad de ganar dinero rápidamente. Ilan Shor, un oligarca moldavo con vínculos con el Kremlin, ha dicho que pagará la gente para trabajar para elegir a un candidato amigable con Rusia y detener la aprobación del referéndum, destaca la cadena norteamericana CNN.

Desde que fue condenado en ausencia por su papel en el robo de 1.000 millones de dólares de los bancos moldavos en el 2014, Shor ha pasado gran parte de su tiempo en Rusia, donde ha creado un movimiento político que los funcionarios moldavos afirman que intenta interferir en las elecciones presidenciales del país y referéndum de la UE, tal como destaca la CNN. Al lado de una campaña de desinformación más sofisticada, Shor ha recurrido a métodos más crudos para meterse en la política moldava. De hecho, la misma cadena norteamericana destaca que, en un vídeo publicado en su Telegram el mes pasado, Shor dijo que pagaría a los votantes el equivalente de 28 dólares si se registraran en su campaña, con la perspectiva de más para obtener buenos resultados.

"Si habéis trabajado bien y la mayoría de la gente de vuestra zona votó en contra (el referéndum), la bonificación que recibís personalmente de mí en vuestra tarjeta será de 5.000 leis (258 euros)", ha destacado. Las autoridades dicen que la oferta de Shor forma parte de una campaña más amplia que intenta influir en los dos votos, que podría determinar si Moldavia continúa su camino hacia el oeste o se mantiene en la órbita del Kremlin.

Moldavia no tiene un lado claro: ¿qué decidirán los ciudadanos?

Moldavia, un país del este de Europa de unos 2,5 millones de habitantes entre Rumania y Ucrania, ha jugado entre gobernantes pro-occidentales y prorrusos desde el final de la Guerra Fría. Rusia todavía tiene unos 1.500 soldados estacionados en Transnistria, un trozo de territorio que se separó ilegalmente de Moldavia cuando la Unión Soviética se hundió y que desde entonces ha sido dirigido por separatistas prorrusos.

Pero el campo pro-occidental de Moldavia ha dominado desde el 2020, cuándo Maia Sandu, una exfuncionaria del Banco Mundial formada en Harvard, ganó las elecciones presidenciales, prometiendo limpiar el poder judicial del país y combatir la corrupción, un tema importante. Su Partido de Acción y Solidaridad consiguió la mayoría en el parlamento el próximo año. Ahora busca un segundo mandato presidencial y se considera la favorita.

Como en muchos países antiguos comunistas, la política moldava se vio sacudida por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. La cadena norteamericana constata que muchos moldavos habían visto Rusia como un hermano mayor y positivo, pero a medida que Rusia se iba acercando hacia Odesa y más de 500.000 refugiados se dieron cuenta de su vulnerabilidad. Este hecho provocó cambios en la dirección política de Moldavia y se hizo un giro hacia la UE. Aunque Sandu se había fijado al unirse en el bloque, los moldavos entendieron que se trataba de una perspectiva lejana, dijo Nicu Popescu, entonces ministro de Asuntos Exteriores y vice primer ministro de Moldavia.

La guerra incluso ha puesto fin a la dependencia casi total de Moldavia del gas ruso, aunque con un coste. El país se vio sumergido en una crisis energética cuando Gazprom de Rusia redujo drásticamente el suministro de gas y aumentó sus precios. La oposición quería dejar claro que era un intento de castigar Sandu por haberse acercado a Europa. Con la llegada del invierno, Moldavia tuvo que organizar rápidamente suministros de energía alternativa desde Europa.

¿Qué dicen las encuestas?

Las encuestas sugieren que muchos en Moldavia han quedado impresionados por el primer mandato de Sandu. Una encuesta de CBS-AXA constató, según detalla la CNN, que más del 36% de los moldavos daban apoyo a Sandu, situándola mucho por delante de cualquiera de sus 10 oponentes. Si ningún candidato consigue el 50% de los votos el domingo, se hará una segunda vuelta el 3 de noviembre. El rival más próximo de Sandu, el antiguo fiscal general Alexandr Stoianoglo, continúa con poco más de un 10% de apoyo entre los encuestados.