La espía rusa más curiosa ha muerto. La beluga Hvaldimir ha sido encontrada muerta delante de las costas del suroeste de Noruega este sábado, según una ONG que seguía sus movimientos. Pero no es un animal cualquiera. Hace cinco años que lo descubrieron con una cámara GoPro ligada a un arnés que decía "Equipo de San Petersburgo". Al fin y al cabo levantó sospechas que podría tratarse de una espía, es decir, que trabajaba para los servicios secretos rusos. Sin embargo, Moscú todavía no ha contestado a las acusaciones y ha pasado de puntillas.

Las causas de la muerte

Las causas de la muerte son desconocidas y no se han detectado heridas visibles durante una primera inspección del cuerpo, según ha informado el fundador de la ONG Marine Mind, Sebastian Strand. "Hemos conseguido recuperar sus restos y ponerlas en un lugar refrigerado, para una necropsia por parte del instituto veterinario que podrá ayudar a determinar qué le pasó realmente", ha destacado.

La dirección noruega de pesca planteó la hipótesis que la beluga se había escapado de un recinto, y que había sido entrenada por la marina rusa. Moscú nunca ha comentado oficialmente las especulaciones y ahora el Kremlin tampoco se ha pronunciado.

Hvaldimir era ya habitual las aguas noruegas y buscaba activamente la presencia humana, pasando grande parte de su tiempo en las instalaciones de la piscifactoría. Según Marine Mind, ha sufrido golpes de hélice y otras heridas durante sus interacciones con humanos. El sábado, los locales habrían informado de que Hvaldimir flotaba muerte en el agua. El medio de noticias noruego NRK informa de que su cuerpo fue encontrado en las aguas de Rogaland y llevado al puerto de Risavika.

OneWhale, otra organización fundada para ayudar a Hvaldimir, ha dicho que habría recibido permisos de diferentes agencias gubernamentales de Noruega para trasladar a Hvaldimir a aguas abiertas. Y es que las belugas viven en grandes grupos de vainas a la naturaleza, y los expertos marinos dicen que vivir una vida solitaria habría puesto en peligro la vida de Hvaldimir. La organización dijo que trabajaba para trasladar Hvaldimir a su nuevo hogar en septiembre, cosa que le habría permitido vivir potencialmente 50 años más, constata el New York Post.

La presencia de Hvaldimir era conocida en las aguas de Noruega y las organizaciones marinas sin ánimo de lucro han utilizado su historia para promover la conservación marina, según destaca el New York Post. "Durante los últimos cinco años, tocó la vida de decenas de miles de personas, reuniendo a la gente con admiración ante las maravillas de la naturaleza. Su presencia nos enseñó la importancia de la conservación de los océanos y, al hacerlo, también nos enseñó más sobre nosotros mismos", escribió Marine Mind.