El exrey de Grecia Constantino II, hermano de la reina Sofía, ha muerto este martes a los 82 años en el hospital privado Ygeia de Atenas, donde había sido hospitalizado la semana pasada. Junto al exmonarca se encontraba desde hace días toda su familia, incluidas la reina Sofia y su hermana Irene, que habían acudido desde España para estar a su lado en sus últimos momentos de vida. Desde hacía semanas preocupaba el estado de salud del exmonarca, que estaba ingresado en Atenas, a pesar de que las últimas informaciones apuntaban al hecho que su estado de salud era "estable".
Constantino II, hermano de la reina Sofia, fue el último rey de Grecia antes de que se aboliera la monarquía. Vivió una vida política marcada por los exilios y la polémica, que acabó de manera agridulce con la abolición de la monarquía al país helénico y su exilio entre 1974 y 2013, año en que volvió a su país natal.
Una vida llena de exilios y polémica
Constantino II y su esposa Ana María habían sido expulsados del país después de la caída de la Junta de los Coroneles el 1974, que dio fin a un breve reinado de siete años, y tan solo volvieron a Grecia en el año 2013. Las controvertidas iniciativas que tomó durante su reinado contribuyeron de manera decisiva a la generación de un rechazo ciudadano que condujo a la proclamación de la república unos meses después de la caída de la dictadura militar. El 1974 se celebró un referéndum en el cual el 69,2% de la población optó por la república, que supuso el punto final a la monarquía griega, dejando a Constantino II como el último rey de Grecia.
El exmonarca nació en las afueras de la capital griega, hijo de Pablo y Federica de Grecia, y su vida estuvo llena de polémica y decisiones controvertidas que acabaron para marcar su figura e impulsar una opinión popular contraria a la monarquía. Inicialmente, su popularidad era alta, pero con el paso de los años fue bajando hasta el referéndum de 1974. Después del golpe de estado de los militares en 1967, la respuesta incoherente de Constantí hacia los golpistas generó un gran enfado en la población, el que supuso el cambio de la opinión pública hacia la monarquía griega. Primero reconoció el gobierno de los golpistas para, ocho meses después, intentar derrocarlos con un "contra golpe de estado" con poca preparación y, desde entonces hasta la caída de la dictadura, abstenerse de toda crítica hacia ellos.
Después del fracaso de su intento de acabar con la junta militar, se instaló con Ana María, su mujer, y sus dos hijos mayores a Roma. Más tarde la familia real se instaló en Londres, donde nacieron sus tres hijos menores. Constantí nunca reconoció el resultado del referéndum que proclamó la Tercera República Helénica en 1974, condición que le había impuesto el Estado griego para permitirle volver a su país natal. Además, el 1994 el gobierno socialista de Andreas Papandreu retiró la nacionalidad griega a la familia real y le expropió sus bienes. El 2014, Constantí vendió su casa de Londres por 11 millones de euros y se instaló en Oporto Jeli, una conocida región de veraneo de muchos armadores griegos, donde se estuvo hasta que este año se trasladó a Atenas a causa de su delicado estado de salud.