El expresidente sudafricano y Nobel de Pau Frederik Willem de Klerk, el líder que acabó con el sistema racista del "apartheid", ha muerto hoy a los 85 años por un cáncer, según han informado fuentes de su fundación. "Con gran pesar, la Fundación de Klerk tiene que anunciar que el expresidente FW de Klerk ha muerto en paz en su hogar en Fresnaye (un suburbio de Ciudad del Cabo, en el suroeste de Sudáfrica) esta mañana, después de su lucha contra un cáncer mesotelioma", ha señalado esta organización en un comunicado. De Klerk, que fue el último presidente de raza blanca de Sudáfrica, anunció el marzo pasado que le habían diagnosticado esta enfermedad-- un cáncer poco común (normalmente asociado a la exposición al amianto), pero grave que afecta al tejido que recubre los pulmones, el estómago, el corazón y otros órganos. "Deja su esposa Elita, sus hijos Jan y Susan y sus nietos", ha añadido la fundación De Klerk.
Legado
Tras estar al frente de numerosos departamentos del gobierno, la presidencia de De Klerk (1989-1994) encaminó Sudáfrica cabe al fin del régimen del apartheid, la doctrina racista que separó a los ciudadanos blancos y negros durante cuarenta y dos años. Entre otras acciones, el líder consiguió derogar las leyes segregacionistas, reformó la Constitución del país y declaró el sufragio universal. Además, De Klerk fue responsable de la liberación de presos políticos y activistas negros, entre ellos Nelson Mandela, y legalizó su partido político, el Congreso Nacional Africano. El 17 de marzo de 1992, De Klerk convocó un referéndum (en el cual solo podían votar los blancos) sobre el fin del apartheid, que resultó con uno abrumador "sí" a favor de acabar con la segregación. A partir de aquí, De Klerk y Mandela trabajaron juntos. En los primeros años después del fin del apartheid, De Klerk sirvió Sudáfrica como vicepresidente del gobierno de Mandela, aunque no siempre mantuvieron una buena relación. En 1997 anunció que se retiraba de la política.
En uno de sus discursos más memorables en el Parlamento, De Klerk declaró en 1990 que "La historia ha colocado una enorme responsabilidad en los hombros del liderazgo de este país, a saber, la responsabilidad de alejar en nuestro país del curso actual de conflicto y confrontación... La esperanza de millones de sudafricanos está fijada en nosotros. El futuro del sur de África depende de nosotros. No nos atrevamos a vacilar ni fracasar."
Reconocimiento
Entre otras distinciones, De Klerk recibió numerosos premios por su carrera política, que incluyen el Premio Príncipe de Asturias del año 1992, el cual compartió con Mandela. En 1994 los dos también recibieron conjuntamente el Premio Nobel de la Paz "por su trabajo para el fin pacífico del régimen del apartheid, y para poner los cimientos para una nueva democrática Sudáfrica."