Ethel Kennedy, la matriarca de la influyente familia política de los Estados Unidos, ha muerto este jueves a los 96 años. La viuda del senador Robert F. Kennedy y cuñada del expresidente John F. Kennedy, había sufrido un derrame cerebral la semana pasada y estaba recibiendo tratamiento, según había informado su nieto, Joe Kennedy III, que también ha confirmado ahora su muerte. "Es con el corazón lleno de amor que anunciamos la muerte de nuestra increíble abuela", ha dicho en un comunicado publicado en las redes sociales, en el cual ha reivindicado "el trabajo de toda una vida en justicia social y derechos humanos" de Ethel. La viuda de Kennedy deja también un importante legado familiar con nueve hijos, 34 nietos y 24 bisnietos, además de sobrinas y sobrinos. "Nos reconforta saber que se ha reencontrado con el amor de su vida, nuestro padre, Robert F. Kennedy; sus hijos David y Michael; su nuera Maria; sus nietos Maeve y Saoirse; y sus bisnietos Gideon y Josie", ha concluido Joe Kennedy III.

 Ethel Kennedy, a la izquierda, acompañada por su numerosa familia. Foto: Maria Shriver

 

Una vida dedicada a la política y los derechos humanos

Ethel Skakel Kennedy nació en Chicago en 1928, aunque creció en la ciudad de Greenwich. Conoció a su marido con solo 17 años y se casaron en 1950, cuando ella tenía 22. La matriarca Kennedy se ganó ese apodo por su incansable dedicación a la política, primero haciendo campaña por su cuñado, su marido y otros miembros del clan, ya partir de los años 70, implicándose activamente en diferentes causas sociales. El asesinato de Robert F. Kennedy, el 5 de junio de 1968, mientras celebraba su campaña para las primarias demócratas, se produjo seis meses antes del nacimiento del undécimo hijo del matrimonio, Rory Kennedy. Antes de dar a luz a su última hija, Ethel Kennedy fundó la fundación Robert F. Kennedy Human Rights, dedicada a la promoción de programas de defensa de los derechos humanos en todo el mundo.

En 2014 recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo honor que otorga el gobierno de Estados Unidos a un civil, de manos del entonces presidente Barack Obama, por "la promoción de la justicia social, los derechos humanos, la protección del medio ambiente y la reducción de la pobreza mediante la creación de innumerables oleadas de esperanza para producir cambios en todo el mundo". Ese mismo año, un puente en Washington DC sobre el río Anacostia fue rebautizado con su nombre en reconocimiento a su defensa del ecologismo.

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