El Ministerio de Asuntos de la Mujer de Afganistán ha sido cerrado por los talibanes. La invisibilidad de la mujer va en aumento y su capital, Kabul, es donde la presión es más fuerte. Un grupo de activistas han desafiado a los terroristas y han protestado este domingo ante las instalaciones de este Ministerio.
Hay que recordar que el edificio ha sido cedido a la cartera de Promoción y Foment de la Virtud y la Prevención del Vicio después de su cierre. Las manifestantes han reclamado el respeto de los derechos de las mujeres, entre ellos el derecho al trabajo y a la educación, así como la preservación de sus éxitos, según recopilación la cadena de televisión Tolo News.
"Limitar los derechos de las mujeres de Afganistán y marginarlas, de hecho, no conduce en un nuevo Afganistán con una situación mejor", ha declarado Mariam Maroof Arvin, activista para los derechos de las mujeres. Mientras tanto, Mujiburrahman Akhundzada, miembro de la Comisión Cultural del Ministerio de Información y Cultura, dijo que el gobierno asegurará y mantendrá los derechos de hombres y mujeres y no hay diferencias entre ellos: "Cuando el emirato islámico de Afganistán pueda garantizar la justicia, asegurar la justicia será suficiente para los asuntos tanto de los hombres como de las mujeres", responde aunque la realidad constata que miente.
Este Ministerio de la Virtud y el Vicio ya era uno de los más estrictos en Afganistán dominado por los talibanes de los años 90, encargado de asuntos como la manera de vestir, la apariencia física y el comportamiento de los ciudadanos. Según la cadena BBC, en el pasado esta oficina se encargaba de desplegar una especie de "policía de la virtud" que asegurara el cumplimiento de la estricta interpretación talibana de la charía, la ley islámica y se conocía por acciones como pegar a mujeres que no fueran vestidas de acuerdo con los cánones talibanes o que caminaran por la calle sin ir acompañadas de un hombre de su círculo familiar.
El malestar por la prohibición de las niñas y las mujeres de ir a la escuela a partir de los 13 años también se multiplica a través de las redes. Los mismos niños y hombres afganos se han fotografiado con una pancarta reivindicando el derecho de ellas: "No queremos ir a la escuela sin nuestras hermanas". Todo un desafío que hacen en territorio ahora talibán que ponen en peligro su propia vida.
En paralelo, las situaciones más surrealistas se siguen reproduciendo. En Bamian, una de las zonas más turísticas hasta ahora de Afganistán, también ha quedado bajo control de los talibanes. Las barquitas en forma de pato que servían para bañarse y dar una vuelta por las aguas de esta zona han sido tomadas por los mismos talibanes que se fotografían jugando con ellas mientras aguantan con una mano una metralleta.