Más de 3.000 personas han perdido la vida a consecuencia del terremoto de gran intensidad (7,7 de magnitud) que sacudió Birmania el pasado 28 de marzo. Según una publicación reciente en Nature, el que hace de este terremoto un caso excepcional no es solo su magnitud, sino un fenómeno "poco común" que ha ampliado su alcance: la ruptura supershear. Los primeros estudios apuntan que el movimiento de la falla se desplazó en una velocidad superior a la de las mismas ondas sísmicas generadas por el temblor. Esta condición, que se ha comparado con el efecto de una aeronave supersónica, concentra la energía del terremoto y multiplica su capacidad destructiva.
A GEOLOGY study may shed light on the forces behind the recent #MyanmarEarthquake. Researchers found shifting mantle flow and olivine fabric types deep beneath central Myanmar's subduction zone. 🧠 Read more here: https://t.co/22TPLyrupv#Earthquake #Geology #Seismology pic.twitter.com/JPlvlA8O4h
— Geological Society of America Publications (@GSAPublications) April 1, 2025
"Es el equivalente sísmico de un jet supersónico", comentó Frederik Tilmann, sismólogo del Centro GFZ de Geociencias, en una publicación en LinkedIn, y destaca El Confidencial. La falla de Sagaing, que provocó el acontecimiento, habría liberado una gran cantidad de energía a lo largo de más de 400 kilómetros en tan solo 90 segundos, con desplazamientos de hasta 6,5 metros entre las placas.
Las consecuencias del terremoto se han dejado escuchar mucho más allá del epicentro. En Bangkok, a 1.000 kilómetros de distancia, se hundió un edificio en construcción. La causa podría estar en la ruptura supershear, que avanza más deprisa que sus propias ondas sísmicas, creando un frente de energía especialmente destructivo.

Ayuda humanitaria en cuentagotas
Se registran al menos 4.715 personas heridas y otros 341 continúan desaparecidas. Estas nuevas cifras se han conocido mientras continúan las tareas de limpieza y se van desvaneciendo las esperanzas de encontrar supervivientes bajo las escombreras. Seis regiones siguen en estado de emergencia declarado y, en total, al menos 21.783 viviendas están registradas como destruidos, así como más de 1.000 escuelas, 48 hospitales, entre otras instalaciones.
Mientras tanto, el diario Global New Light of Myanmar ha informado de que 49 aviones cargados de ayuda humanitaria han llegado desde el momento del terremoto, junto con 1.915 rescatistas internacionales. Según estimaciones de la ONU, alrededor de diez millones de personas viven en las zonas más afectadas. Entre estos sectores hay zonas ocupadas por la resistencia contra la junta militar. No obstante, después de las presiones ejercidas por organizaciones humanitarias, la cúpula militar anunció un acuerdo el miércoles 2 de abril para permitir la entrada de la ayuda.
6 days after the catastrophic #earthquake in #Myanmar, humanitarian response efforts are scaling up.
— OCHA Myanmar (@ochamyanmar) April 3, 2025
Emergency assistance is reaching affected areas, but critical needs remain high.
Read more in our latest Flash Update: https://t.co/C4PST6988a pic.twitter.com/5GfQXz4d5E
Elene Vuolo, subdirectora de la Organización Mundial de la Salud en Birmania, advirtió que hay un alto riesgo de brotes de cólera en el territorio birmano a causa del gran daño que se ha producido al sistema de saneamiento y la falta de agua potable. "En este país hay un riesgo muy alto de cólera", afirmó Vuolo, refiriéndose a la llegada de temperaturas elevadas al mes de abril, donde estima que se registrarán entre 40 y 42 grados, con poco más de lluvia, cosa que podría agravar la falta de agua. La OMS ya tuvo que socorrer un brote de cólera el octubre pasado en Mandalay, una de las regiones que sufren más el terremoto.

Mandalay, "ciudad de oro"
Mandalay era conocida antiguamente como la ciudad dorada, llena de brillantes pagodas y túmulos budistas, pero hoy, la antigua capital real de Myanmar cubierta por la peste de cadáveres. Desde el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Mandalay el viernes pasado, los cuerpos se han acumulado tanto que han tenido que ser incinerados, según explican los habitantes y recoge la BBC. Los vecinos de la segunda ciudad más poblada del país comentan que han pasado noches en blanco, vagante por las calles llenas de desesperación mientras los alimentos y el agua escasean. La deficiente infraestructura y la guerra civil que afecta al país están dificultando gravemente las tareas de rescate en Myanmar, donde el ejército tiene un largo historial de ocultar la magnitud de los desastres nacionales.
Mandalay fue fundada en 1857 por el rey Mindon, sustituyendo Amarapura como nueva capital real de la dinastía Konbaung. Fue la última capital real de Myanmar (antes conocida como a Birmania) antes de la anexión del reino por parte del Imperio Británico en 1885. Bajo dominio británico, Mandalay mantuvo su importancia comercial y cultural a pesar del auge de Yangón, la nueva capital de la Birmania británica. La ciudad sufrió una gran destrucción durante la conquista japonesa del país a la Segunda Guerra Mundial. En 1948, Mandalay pasó a formar parte de la nueva Unión de Birmania, recientemente independiente. Hoy día, la ciudad era considerada el centro económico del Alto Myanmar y el núcleo de la cultura birmana.