El primer ministro de Israel, Naftali Bennett (Yamina), ha anunciado este miércoles que no se presentará a las elecciones anticipadas previstas para finales de octubre o principios de noviembre, dando un paso al lado. Bennett ha optado por dejar, al menos momentáneamente, la política después de la pérdida de la mayoría absoluta. Bennett ya no será primer ministro, porque según el acuerdo de coalición su cargo pasa a Yair Lapid (Yesh Atid), hasta ahora ministro de Exteriores. Bennett ha cedido también la dirección de Yamina a la ministra del Interior, Ayelet Shaked.
ראש הממשלה בנט הודיע על פרישה: "אני הולך לי לדרכי"https://t.co/Xf50oUUQcy@amit_segal @DaphnaLiel pic.twitter.com/0C8oYTP9Py
— החדשות - N12 (@N12News) June 29, 2022
Según algunos observadores de la política israelí, eso da una oportunidad al líder del Likud, Benjamin Netanyahu, para volver al cargo de primer ministro. Una encuesta de la televisión N12 News apunta esta posibilidad, con 34 escaños para el Likud, 20 para Yesh Atid y 5 para Yamina. El bloque que da apoyo a Netanyahu ocuparía así 58 escaños sin Yamina y 63 escaños con Yamina. El bloque contra Netanyahu (excluyendo la denominada Lista Conjunta) se situaría en 56 escaños con Yamina y 51 escaños sin la Lista Conjunta, que tendría 6 escaños. La Knesset tiene 120 escaños y la mayoría absoluta se sitúa en los 61.
El gobierno israelí actual, con el apoyo de 8 partidos, desde la derecha a la extrema izquierda pasando por un pequeño partido islámico, sólo ha durado un año. Aparte de las tensiones políticas propias del Oriente Próximo, entre ellas la polémica por la muerte de la periodista árabe Shireen Abu Akleh, supuestamente por disparos del ejército israelí y la pésima gestión policial de su funeral, que acabó con cargas, su gestión ha sido trufada de polémicas. Periodistas del Jerusalem Post señalan que le puede doler electoralmente también el intento de mediación que hizo entre el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y el mandatario ruso, Vladímir Putin, que resultó fallido.
También apuntan que el líder de la Lista Árabe Unida, Mansour Abbas, que daba apoyo al gobierno, puede consolidarse porque se ha centrado en defender reivindicaciones concretas de los árabes israelíes, y se ha apartado de representar a los palestinos.
Israel irá a elecciones para escoger a su primer ministro por quinta vez en sólo tres años, a causa de una gran fragmentación política y un sistema electoral proporcional puro. La alianza de ocho facciones empezó a fracturarse cuando unos cuantos parlamentarios abandonaron la coalición. El intento del ejecutivo para prorrogar la vigencia automática de la legislación "provisional" que extiende desde 1967 los derechos civiles israelíes a los cerca de 450.000 judíos asentados en territorio de Judea y Samaria (Cisjordania) este mes en la Knesset, ha provocado la ruptura. Dos diputados de la mayoría se opusieron a ello y otros cuatro de sus parlamentarios no asistieron a la cámara, y se agravó así la descomposición de la delicada coalición.