El líder opositor ruso Alexéi Navalni ha sido trasladado a un hospital penitenciario de una prisión próxima a la suya después de 19 días de huelga de hambre, según ha informado el Servicio Federal Penitenciario de Rusia (FSIN, por sus siglas en ruso).
En un comunicado distribuido esta mañana, el FSIN explica que el estado del condenado "se valora como satisfactorio" y que los médicos que lo visitan diariamente le administran "un tratamiento con vitaminas" con su consentimiento. Según esta fuente, Navalni ha sido trasladado del centro penitenciario IK-2, y ahora se encuentra ingresado en el hospital del centro IK-3, también situado en la región de Vladimir.
Amenazas internacionales
Esta medida llega escasas horas después de las amenazas que el régimen ruso ha recibido por parte de la comunidad internacional. Concretamente, el asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos advirtió ayer mismo que "si Navalni muere, habrá consecuencias". Por su parte, el Alto Representante de la UE Josep Borrell ha tildado de "muy preocupante" la situación del opositor ruso esta misma mañana.
Estos posicionamientos responden al auge de preocupación por la salud de Navalni, que ya ha perdido 16 kilos desde que entró en la prisión. Navalni actúa en respuesta a los maltratos y torturas que dice haber sufrido en la prisión, como negarle atención médica y despertarlo a cada hora de la noche, por lo que decidió empezar una huelga de hambre el pasado 31 de marzo.
"No tiene intención de rendirse"
Su mujer, Yulia Navalnaia, aseguró después de visitarlo en la prisión que el prisionero pesaba 76 kg, cosa muy preocupante para un hombre de 1,90 m de altura: "Nunca había visto un rostro tan escuálido, pero no tiene intención de rendirse."
Por otra parte, varios médicos han asegurado que, llegado este punto de la huelga de hambre, las constantes vitales de Navalni auguran una "insuficiencia renal" o una "parada cardiaca en cualquier momento".
Rusia continúa la persecución
Mientras tanto, continúa la persecución de Navalni en Rusia. El pasado viernes la acusación rusa pidió que varias organizaciones vinculadas al opositor fueran declaradas "extremistas" y, por lo tanto, prohibidas en Rusia.