Estados Unidos vuelve a los viajes espaciales. Los astronautas de la NASA Robert Behnken y Douglas Hurley han amerizado este domingo a bordo de la càpsula Dragon Endeavour SpaceX en el Golfo de México, que ha sido remolcada hasta Pensacola (Florida) después de cumplir con una històrica misión iniciada el 30 de mayo.

La SpaceX tomó tierra 19 horas después de desacoplarse de la Estación Espacial Internacional y ha concluido con éxito la misión Demo 2, que certifica la capacidad la compañía de Elon Musk, para realizar viajes espaciales comerciales.

 

Una dècada en tierra

El viaje de Behnken y Hurley ha sido el primero desde suelo estadounidense y en una nave comercial hasta la Estación Espacial Internacional (EEI)  desde que en 2011 concluyó el programa de transbordador de la NASA.

Desde la tragedia del Challenger (el transbordador que estalló el 28 de enero de 1986 tras su despegue, retransmitido en directo), el programa espacial tripulado se vio cuestionado. Dudas que se se vieron ratificades años después,  el 1 de febrero de 2003, cuando el Columbia se desintegró sobre Texas y LuisianaEl lanzamiento en julio de 2011 del Atlantis puso fin al programa espacial de los EEUU, que ha dependido desde entonces de los Soyuz rusos, que han transportado a las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional (EEI) durante esta última década.

Els astronautas de la NASA Bob Behnken  and Douglas Hurley. Foto: EFE

62 días en la EEI

Robert Behnken y Douglas Hurley estuvieron 62 días a bordo de la EEI, durante los cuales dieron 1.024 vueltas a la Tierra, dedicaron 114 horas a la investigación y vieron llegar y salir de la estación espacial a varios vehículos espaciales. Behnken participó en cuatro caminatas espaciales con otro astronauta de la NASA, Chris Cassidy, que se encontraba en la EEI cuando ellos llegaron.

Si el viaje de ida fue histórico, el de regreso también lo és ya que se trata la primera vez en 45 años que la gente pueda contemplar el amerizaje de una nave espacial. La última vez fue el 21 de julio de 1975, cuando la tripulación de una misión Apollo-Soyuz cayó al océano Pacífico, cerca de Hawai.

Dejar de depender de la rusa Soyuz

En 2014 la NASA otorgó a Boeing y a SpaceX contratos por un total de 6.800 millones de dólares para desarrollar el programa comercial de transporte espacial y dejar de depender de la nave rusa Soyuz que ponía en órbita a los astronautas de la agencia estadounidense desde que está canceló su programa de transbordadores en 2011.