Las luces de Navidad ya hace semanas que lucen las calles de Londres. Cuando se encendieron por primera vez este año, sin embargo, poco se pensaban los británicos que volverían a vivir unas fiestas con restricciones contra la covid. Ni tampoco los catalanes que viven en el Reino Unido que sufrirían de nuevo con incertidumbre la vuelta en casa por Navidad.

"Me preocupa que puedan cambiar las medidas, por eso decidí coger un vuelo flexible de vuelta", explica Ana Chopo, que actualmente trabaja en Londres y volverá por Navidad a su ciudad natal, Barcelona. En estos momentos, si se vuela desde un país de la lista ámbar como es el caso del Estado Español, hay que hacerse un test covid antes de coger el avión; una PCR al segundo día de llegada al Reino Unido y hacer cuarentena hasta tener el resultado. "Al final son dinero que muchas veces más que gastarlos los malgastas, porque cuando llegas aquí quizás no te llega el test, o te llega en una fecha mucho más tarde que la que te tiene que llegar", explica sus malas experiencias Laura Bello, que también vive en Londres y planea volver a Catalunya por Navidad.

La estrategia de control sobre los viajeros y las medidas del gobierno de Boris Johnson contra la covid han sido ampliamente cuestionadas, tanto por miembros de la oposición como de su propio partido; sobre todo por la falta de credibilidad del gobierno. Este miércoles, el mismo día que Johnson anunciaba la vuelta al teletrabajo a partir de mañana el lunes, dimitía la portavoz del ejecutivo británico por la filtración de un vídeo donde bromeaba de una fiesta de miembros del gobierno en Downing Street el año pasado, cuando los encuentros sociales estaban prohibidos.

Nuevo terremoto político, ¿caerá Johnson?

"No era una fiesta, era un encuentro de trabajo... y no había distancia social", se reía la portavoz del gobierno británico, Allegra Stratton, en un vídeo de hace un año de la cadena ITV filtrado esta semana. Stratton se refería a una fiesta celebrada el 18 de diciembre de 2020 en el número 10 de Downing Street de la cual hasta ahora solo había especulaciones y que este vídeo confirmaría que, efectivamente, se celebró.

Boris Johson, en el número 10 de Downing Street, donde supuestamente se celebró una fiesta ilegal el año pasado. / Efe

Entonces, las reuniones interiores de más de dos personas y las fiestas de empresa estaban prohibidas y el escándalo ha provocado terremoto que ha sacudido el corazón del gobierno de Boris Johnson. En menos de 24 horas después de la filtración del vídeo que confirmaba la fiesta, la portavoz del gobierno dimitió el miércoles entre lágrimas: "Lamentaré mis palabras el resto de mis días".

En plena sede parlamentaria, el primer ministro Boris Johnson se disculpó por el contenido del vídeo sin reconocer que se hubiera celebrado tal fiesta, mientras gran parte de los diputados le pedían que fuera sincero. Johnson también dijo que se iniciaría una investigación, pero la policía ya lo ha descartado por falta de pruebas.

Ahora bien, no es la única fiesta que está bajo la lupa de los votantes y la oposición. El pagador general del gobierno británico asegura que buscará pruebas de esta y dos fiestas más que supuestamente miembros del gobierno también celebraron saltándose las restricciones covid del año pasado. Y este sábado el diario The Times ha publicado que oficiales del departamento del Tesoro celebraron otra fiesta en la oficina mientras el resto de británicos solo podían salir de casa para hacer ejercicio e ir a comprar.

En definitiva, un escándalo tras otro que ya están teniendo consecuencias directas en el apoyo al actual gobierno británico. Según la última encuesta de Opinium, un 53% de los británicos creen que Johnson tendría que dimitir. La cifra entre los votantes conservadores es del 35%.

"¿Tendría que dimitir Boris Johnson? (De izquierda a derecha) Todos los votantes: 53-28 /Votantes conservadores: 35-49 / Miembros del partido Conservador: 21-66)". / Opinium

Escalada de contagios

Y mientras el gobierno de Boris Johnson vive la enésima crisis de gobierno - que quién sabe si será la última -, la variante ómicron no ha parado de enfilar los contagios del país desde que se detectó el primer caso a finales de noviembre.

"La variante ómicron está creciendo mucho más rápido que el delta. Tenemos 568 casos confirmados en el Reino Unido, pero el número real se espera que sea mucho más alto", explicaba Boris Johnson esta semana en una rueda de prensa dónde aseguraba que los casos de esta nueva variante se duplican en sólo dos o tres días. En estos momentos, el Reino Unido roza los 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días - unas cifras similares a la ola de este verano que llevó al gobierno a frenar la desescalada de medidas.

Las olas de contagios de este 2021 en el Reino Unido. Desde principios de noviembre, los contagios se han vuelto a subir coincidiendo con la llegada de la variante ómicron. / Gov. UK

"A partir del lunes tenéis que trabajar desde casa si podéis", anunciaba el primer ministro británico, Boris Johnson, el miércoles pasado como una de las nuevas medidas del llamado "Plan B" contra la covid que quiere intentar frenar ahora la rápida expansión de la nueva variante ómicron. Aparte de la indicación de teletrabajar, las mascarillas también vuelven a ser obligatorias en los espacios públicos cerrados, como cines o teatros; y el pasaporte covid pasará a ser necesario para entrar en discotecas y grandes acontecimientos.

De momento, sin embargo, desde el gobierno de Johnson no consideran que limitar las reuniones sociales de cara a Navidad sea esencial. Ni tampoco dejar de celebrar fiestas de empresa, aunque los expertos lo desaconsejan. Pero bien, eso es una cosa que, aunque esté prohibida, parece que algunos miembros del gobierno no están dispuestos a renunciar.

 

Imagen principal: Multitud de gente comprando con mascarilla en Oxford Street, en Londres. / Efe